Casi siete años después de la operación policial ordenada por el juez Juan del Olmo, que se saldó con el cierre del único diario editado íntegramente en euskara, el próximo 15 de diciembre se va a iniciar el juicio oral comtra los imputados en la causa contra «Euskaldunon Egunkaria». Ese mismo fin de semana, el día 19, los encausados han convocado una manifestación nacional en Bilbo en contra de este proceso.

La convocatoria fue hecha pública el sábado pasado en el Kursaal de Donostia, durante la celebración del festival «Egunkaria libre!» que pretendía hacer llegar a los imputados solidaridad y ayuda económica. A la cita acudieron cerca de dos mil personas, y además de los propios encausados subieron al escenario artistas tan conocidos como Gorka Urbizu, Anari, Urko, Oskorri, Rafa Rueda, Mikel Urdangarin y Josu Zabala, Jean Mixel Bedaxagar y Erramun Martikorena, Pantxoa eta Peio, Txomin Artola y Amaia Zubiria, Alex Sardui y Ken Zazpi, entre otros.

Fue un festival en el que el canto fue el máximo protagonista, y aunque el buen ambiente reinó en el acogedor escenario donostiarra, entre los presentes estaba patente la preocupación por lo que puede deparar el juicio contra los responsables de «Egunkaria» que se sentarán en el banquillo: Martxelo Otamendi, Joan Mari Torrealdai, Iñaki Uria, Txema Auzmendi y Xabier Oleaga.

«Nunca nos ha abandonado»

Si bien los mensajes en favor de «Egunkaria» predominaron durante el acto, en el mismo no se olvidó que éste no es el único sumario con las mismas características, y Nekane Peñagarikano, una de las personas que ejerció de presentadora, transmitió un abrazo a todas las personas que han vivido o están viviendo el mismo mal trago. Sus palabras fueron respondidas con una gran ovación.

Torrealdai, que tomó la palabra en nombre de los imputados, también recordó a los jóvenes detenidos el pasado martes, y su mensaje de apoyo fue igualmente respondido con aplausos de los asistentes.

El veterano periodista recordó, leyendo el escrito elaborado para la cita del sábado, el «tremendo golpe» que recibieron el día de San Ignacio, cuando les comunicaron que finalmente sí iban a tener que afrontar un juicio, cuando ellos esperaban el sobreseimiento y archibo del caso. Tal como hicieran aquel día de verano, Torrealdai volvió a apelar a la sociedad vasca, «que nunca nos ha abandonado», y le pidió les arrope igual que ha hecho hasta ahora para hacer frente «a este calvario, a esta agresión que no ha terminado».

También invitó a los presentes a que, de igual forma que hasta ahora han pedido el sobreseimiento de la causa, ahora reclamen su absolución, «a pesar de saber que con eso no se haría totalmente justicia». «La justicia exige que, además de la absolución, se dé una reparación, y que los responsables del ataque en contra nuestra se sienten en el banquillo de los acusados. Pero ¿quién nos va a reparar a nosotros y a nuestras familias el sufrimiento de estos siete años?», preguntó.

Torrealdai sostuvo también que el hecho de que salgan de este trance en libertad no es sólo de gran importancia para los imputados, sino también para el euskara y los organismos que trabajan por esta lengua, ya que «la tesis policial sostiene que el trabajo que se hace por el euskara al margen de las instituciones oficiales se hace en servicio de ETA» y una condena «podría poner esa tesis policial en camino de ser doctrina jurídica».