Rigoberto Viveros, fiscal encargado de numerosos casos de denuncias de la población indígena, murió tiroteado en la noche del sábado en un local nocturno de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas. Un hermano del fiscal resultó herido grave. El o los agresores huyeron con total impunidad. 24 horas antes caía abatido a tiros el líder indígena Mariano Abarca, que llevaba a cabo una campaña contra explotaciones mineras en una zona fronteriza con Guatemala, recientemente autorizadas por el Gobierno.