GARA > Idatzia > Iritzia> Zirikazan

Josebe EGIA

Su dignidad no está en venta

Los estados con baja o nula democracia tienden a apoyarse mutuamente. No es extraño que el español -cuya connivencia entre el poder ejecutivo y judicial está permitiendo criminalizar y detener de forma masiva a personas en Euskal Herria por trabajar por su independencia- se haya aliado con el de Marruecos para «secuestrar» a Aminetu Haidar, cuyo único delito es ser saharaui y reclamar la autodeterminación para su pueblo.

Aminetu, de 42 años, lleva 20 años luchando de forma pacífica por la autodeterminación del Sahara Occidental. Fue detenida en 1986 y estuvo cuatro años en una cárcel secreta de Marruecos, con los ojos vendados día y noche, en la que sufrió torturas y vejaciones crueles. Liberada en 1991, volvió a ser encarcelada en 2006. La imagen de su cara, desfigurada por los golpes, reflejó toda la crudeza de la represión. En contraposición, y por la misma causa, también ha sido premiada. Robert F. Kennedy a los DDHH 2008, Silver Rose Award 2007, V Premio Juan María Bandrés. Ha sido nominada para el Nobel de la Paz y a principios de este mes recibió en Nueva York el premio Civil Courage.

Ahora, desde el 15 de noviembre, está en huelga de hambre. Duerme bajo una marquesina en el aeropuerto de Lanzarote, al que llegó expulsada por Marruecos del aeropuerto de El Aaiún. La excusa de su expulsión, que como está probado estaba prevista de antemano, fue poner en su tarjeta de desembarque que su nacionalidad era saharaui. Le requisaron el pasaporte y le embarcaron en un avión a Lanzarote, donde la Policía española le obligó a desembarcar a pesar de que no tenía pasaporte. Horas más tarde, no la permitieron salir de España y coger otro avión a El Aaiún, alegando... que no tenía pasaporte.

La propuesta que le ha hecho el Gobierno español, tras hablar con el marroquí, es que solicite un nuevo pasaporte de Marruecos y, si no lo obtiene, España le concedería rápidamente el estatuto de refugiada. Aminetu Haidar ha rechazado el ofrecimiento «porque ella no ha llegado a España en esa condición, sino que fue expulsada en contra de su voluntad». Además, la condición de refugiada le imposibilitaría volver a El Aaiún. Rechazó, también, el nuevo pasaporte porque le obliga a «reconocer que es de nacionalidad marroquí». La complicidad entre los gobiernos marroquí y español es de una desfachatez palmaria.

La salud de Aminetu Haidar se está deteriorando rápidamente. En estos momentos sólo se mantiene gracias a su increíble fortaleza moral y a la certeza absoluta en la justicia de lo que defiende. Merece escucharle. «Soy una militante de los derechos humanos pacífica y sólo puedo protestar por métodos pacíficos, y el más fuerte que tengo es la huelga de hambre. Seguiré haciéndola hasta que el Gobierno español me devuelva a mi casa o hasta la muerte. Tengo dos hijos, pero también tengo mi dignidad... ellos vivirán sin madre, pero con dignidad». Ella y su causa, sin duda, merecen nuestra solidaridad y apoyo activo.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo