Mantiene los cuatro puntos sobre el cuarto
La Real demuestra su fortaleza y su gran ambición
Un Rayo letal se adelantó por tres veces con goles de Susaeta, Rafa García y Rubén Castro, que pronto encontraron respuesta de Prieto, Bueno y Zurutuza y estuvo a merced de la Real en la última media hora.
RAYO VALLECANO 3
REAL SOCIEDAD 3
Joseba ITURRIA
La Real demostró en Vallecas la fortaleza que le permitió empatar por tres veces al Rayo y la ambición para buscar en la segunda parte el triunfo ante un equipo que, pese a jugar en casa y necesitar ganar para recortar los cinco puntos que le lleva el trío de cabeza, terminó pidiendo la hora al acabar con diez y a merced de los blanquiazules en la media hora final.
Las últimas seis oportunidades claras del encuentro fueron de la Real. Una primera cabeceada por Aranburu a centro de Griezmann, la de Xabi Prieto que Cobeño sacó con el pie a pase del interior zurdo, la del gol de Zurutuza en un centro del donostiarra, una falta sacada por Elustondo, un disparo cruzado de Agirretxe y la última de Mikel González que desbarató otra vez un guardameta rayista que, a pesar de los tres goles, fue el mejor jugador de su equipo.
Porque el Rayo superó a la Real en la primera hora de partido, pero los blanquiazules supieron crear once ocasiones claras por sólo cuatro de los locales y, a diferencia de jornadas anteriores, sumaron más méritos que puntos y deberían seguir líderes hoy con seis puntos sobre el cuarto. El empate que se podía dar por bueno antes del partido resultó escaso para los méritos de su gran segundo tiempo.
Y eso que el primero resultó, junto al de Soria, el jugado con más intensidad. Pero fue un partido muy abierto, de ida y vuelta, que no interesaba a la Real. Parecía más un combate de boxeo en el que los dos rivales intercambiaban golpes que un partido de fútbol. Es muy bonito para el espectador ver un primer tiempo con cuatro goles. El balón iba de un área a la otra con mucha velocidad, pero ese tipo de fútbol favoreció al Rayo.
Es un juego que en cierta medida propicia un césped de las reducidas dimensiones de Vallecas, en el que se necesita poco para llegar al área rival, de ahí que en él se vean muchos goles. Pero también Lasarte fomentó ese partido al repetir alineación con Rivas, Elustondo, Aranburu y Bueno en la parte central.
Con esos jugadores es difícil poder controlar un partido como le interesa a un equipo de las características del realista. Especialmente sorprendente resultó ver de nuevo al delantero uruguayo en el once tras su pésimo partido contra el Cartagena y el gran nivel que dieron Agirretxe y Nsue en el escaso cuarto de hora que tuvieron.
Protagonismo para Bueno
Una decisión que es una declaración clara de las intenciones del técnico, que lo confirmó al señalar en su posterior rueda de prensa que van a jugar Bueno o Agirretxe indistintamente en punta o los dos juntos, algo que no pasará mientras esté Zurutuza disponible. Es decir, coloca a los dos a la misma altura y Nsue ni entra en sus planteamientos para ese puesto pese a que es su demarcación ideal y aunque su nivel es muy alto, claramente superior al del uruguayo.
Cierto es que ayer Bueno jugó bien dentro de sus características. Metió un golazo, propició una ocasión de Elustondo en el primer tiempo y provocó seis faltas y una de las dos tarjetas de Salva, aunque la mitad no lo fueron y como los árbitros vean sus partidos por la televisión van a dejar de pitarle faltas porque se tira siempre de una manera escandalosa. Además peleó bien, aunque esa disposición a la lucha pudo llevarle a la ducha como el domingo anterior en un plantillazo que el árbitro no castigó con su segunda tarjeta.
Pero en los 70 minutos en los que estuvo en el campo apenas dio algún pase a ras de suelo a un compañero suyo. Recibió una docena de balones y la mitad los perdió y en la otra mitad se limitó a buscar las faltas. Un tipo de fútbol que si la Real jugara siempre en Vallecas y tuviera otro tipo de futbolistas sería válido, pero la mitad de los encuentros los disputa en Anoeta y junto a él tiene a artistas como Zurutuza, Griezmann, Xabi Prieto, Aranburu y Elustondo.
Pero ayer la Real sí jugaba en Vallecas y así Bueno tuvo un buen protagonismo al provocar la falta que propició el tanto de Xabi Prieto y meter un gol a pase de otro jugador que se siente cómodo en ese tipo de partidos en los que apenas se juega el balón por el centro. Diego Rivas.
Dos acciones en las que la Real también se vio favorecida por el mal partido de los defensas del Rayo. A pesar de que su entrenador Pepe Mel había incidido durante la semana en las jugadas de estrategia y en el juego aéreo, despejaron mal en la falta del 1-1 y dejaron a Bueno, que no es nada brillante con la cabeza, la distancia suficiente para marcar su gran gol en el 2-2.
Tampoco estuvo fina la Real en defensa. Es lo que tienen estos partidos de ida y vuelta en los que se abren muchos espacios. En el primer gol estuvo el equipo descolocado al tener que acudir Ansotegi al córner para presionar a Rubén Castro sin que ninguno de los dos pivotes apareciera en la zona en la que Susaeta remató a placer. El eibartarra demostró que el suyo es otro caso de jugador de gran calidad salido de Zubieta sin tener una oportunidad de jugar en el primer equipo cuando en su puesto más habitual -en la banda izquierda- se ha asistido a un desfile de medianías.
Y en el segundo gol la Real estuvo peor aún, ya que deben estar siempre dos jugadores al rechace en un córner y un rival no puede rematar como lo hizo Rafa García desde la frontal del área. Porque los cuatro goles fueron bonitos, pero el espectáculo en el fútbol nace de los errores defensivos y por eso en el primer tiempo casi hubo tantas ocasiones como goles.
A parte de esas cuatro, apenas se pudieron contabilizar la de Elustondo tras toque de Bueno y una de Aranburu en la que remató bien con la izquierda tras un gran centro a la primera de Griezmann. Pero le salió el disparo al centro y Cobeño no tuvo problemas. Pese a que la Real jugó el partido que le convenía al Rayo, que era superior porque Elustondo, Aranburu, Prieto y Griezmann apenas tocaron el balón, hasta con ese juego contraproducente creó más ocasiones. El Rayo, al margen de los goles, no mandó un balón con peligro a la meta de Bravo.
Otro gran segundo tiempo
Y a pesar de que se jugaba a un mayor ritmo y se sometió a un gran desgaste, la Real volvió a ser fiel a su hábito de todos los segundos tiempos de esta temporada sin más excepción del de Alicante de superar con claridad a sus rivales. La Real jugó mejor y fue superior, sobre todo en el aspecto físico, que es más importante en encuentros tan abiertos y de tanta intensidad en los que los jugadores deben correr de un área a la otra sin apenas tiempo para recuperar.
Lástima que la Real volvió a fallar en la jugada del tercer gol local. Antes, Mikel González había estado providencial en un corte dentro del área pequeña en una acción iniciada en una de las pérdidas de balón de Bueno. Pero para que el Rayo se adelantara tuvieron que unirse graves errores de tres jugadores. Elustondo perdió un balón que no ofrecía ninguna complicación y permitió a Movilla penetrar por la banda derecha y lanzar un centro que Piti remató mal, pero Estrada en lugar de ir a intentar despejar se agachó para que no le pegara el balón, Bravo calculó mal y en vez de alejar el balón descolocó a su defensor con un toque que permitió a Rubén Castro rematar con la cabeza a puerta vacía.
Tras esa jugada la Real volvió a reaccionar muy bien y protagonizó las seis jugadas de peligro que se registraron desde el 3-2 y agradeció especialmente la entrada de Zurutuza, que marcó en el primer balón que tocó. En lugar de levantar el pie del acelerador para dar por bueno el empate, la Real fue la que buscó con mayor decisión, criterio y poder físico el triunfo. Un reflejo de ese ímpetu fue la contra en la que Mikel González vio la quinta tarjeta cuando se iba al ataque en busca del cuarto gol. No lo logró, pero el equipo realista salió fortalecido de Vallecas y ha superado con nota la fase más complicada de la primera vuelta con duelos con varios rivales directos. Hay que seguir con esa fortaleza y ambición.
Martín Lasarte destacó de su equipo «la actitud y el compromiso, muy cercana al diez. El equipo tuvo un volcán, nos faltó más paciencia y serenidad, entender cuando hay que frenar y acelerar. Vamos mejorando, pero nos queda mucho, nos convirtieron tres goles, incluso alguno trabajado de rechace a balón parado. No pueden ser los partidos de ida y vuelta, son bonitos de ver, pero no se adaptan a nuestras características. Nuestro partido era el del final no el del inicio. Acabamos físicamente fuertes, creyendo que podíamos ganar, por eso la sensación un poco de tristeza por no lograrlo».
Añadía que «la sensación al final es que el resultado es escaso, aunque en el cómputo de los 90 minutos es justo. El equipo tuvo algún error defensivamente, pero supo resarcirse en tres ocasiones. No es fácil, e incluso al final la sensación fue que pudimos ganar en un campo difícil para la Real. Y un punto en casa de un rival directo no es mal negocio».
Destacó que la Real «está viva, pelea por su objetivo y lo más importante es que veo un equipo con autoridad, de pelea, que por momentos juega bien y cuando tiene que trabajar lo hace. Es un equipo que va a pelear en todos los campos, con todos los climas y contra todos los equipos y si hacemos eso estaremos en la definición final».
Demostró su total confianza en David Zurutuza: «Estamos ante un futbolista muy bueno que cuando aprenda a cuidar su cuerpo y a dosificar su trabajo está llamado a grandes cosas. Ojalá nos siga ayudando en este camino difícil».
GARA
La expedición realista acudió tras el encuentro a comer al Asador Donostiarra al aceptar y agradecer el Consejo la invitación cursada por la familia Ábrego. Después regresó en autobús. La plantilla blanquiazul tiene descanso hoy y mañana a las diez comenzará a preparar en Zubieta el derbi que jugará en Anoeta contra el Real Unión el sábado a las seis (ETB).