32ª Maratón Internacional de Donostia
Iglesias frena la racha africana
Los ganadores de la Behobia repiten triunfos en el maratón. El salmantino lo borda en 2.10.44. Amarga tercera victoria de Pueyo que se queda sin mínima.
Miren SÁENZ
Rafael Iglesias y María José Pueyo desmintieron ayer esa vieja teoría que considera contraproducente correr la Behobia y luego atacar el maratón. Los ganadores de los casi 20 kilómetros de la reina de las populares se impusieron tres semanas después en la 32ª edición del maratón donostiarra, aunque una vez en meta vivieran una situación antagónica.
El salmantino rozó el éxtasis mientras a la aragonesa le sobró un minuto en meta que derivó en un mar de lágrimas. Ambos compartían objetivos. El principal, conseguir la mínima para el Campeonato de Europa que el próximo verano se celebrará en Barcelona. Iglesias lo bordó en 2.10:44, un registro más meritorio por las condiciones de soledad en las que lo consiguió.
Lesionado en agosto en el Mundial de Berlín, su espléndido noviembre donostiarra le ha devuelto el entusiasmo. Hasta el punto de ser capaz de rebajar su registro personal en un minuto y 7 segundos, un pequeño mordisco que, sin embargo, dejó buen sabor de boca por ser la cuarta mejor marca de un ganador, aunque no de la carrera.
Sólo Iglesias dio la talla en la lucha contra el crono. Cinco de los etíopes -dos hombres y tres mujeres- se quedaron por diversos motivos en Addis Abeba y a punto estuvieron de fallar los otros tres, puesto que en su traslado a Donostia el exceso de velocidad les retuvo en Burgos más de la cuenta porque a la hora de abonar la multa la tarjeta carecía de la suficiente liquidez.
Seboka Dibaba Tola y Tiruneh Workneh nunca fueron una amenaza. Llegaron a meta 7 y 10 minutos después del vencedor. Tras 13 años consecutivos de triunfos africanos, un europeo volvió a vestirse la txapela.
En una mañana algo ventosa y gris, con temperaturas entre los 9º y 11º, Iglesias se sintió tan seguro que incluso dio fiesta a sus liebres Asier Cuevas y Pablo Villalobos a partir del kilómetro 14, para emprender los 28 restantes en solitario. Pasó el medio maratón en 1.05:10 y en el kilómetro 30 todavía mantenía parciales por debajo del récord de la prueba que el keniata Timothy Cherigat estableció en 2002 (2.09:34). Sólo éste le faltó para hacer pleno, pese a los problemas intestinales que acusó en el kilómetro 35.
El récord no entraba en sus planes, aunque visto lo visto incluso él se sintió capaz de bajar de 2.10 Con el billete al Europeo en el bolsillo y los 6.000 euros del primer premio asegurados, a Iglesias le sobraban las dedicatorias. Se acordó de sus muertos, de su entrenador, de su médico, de su representante y de sus amigos, que ataviados con camisetas verdes y megáfono en mano animaron en la grada al atleta del Unión Guadajara. «Y también al público que se merece un 10. Tanto en la Behobia como aquí me han dado alas. Gracias por este mes mágico».
Llueve sobre mojado
Con sensaciones bien distintas terminó Pueyo, pues volvió a perder en el mismo escenario su lucha por la mínima. «Está claro que aquí no consigo bajar de 2.36», aseguró la de Sabiñánigo despidiéndose del Europeo tras la ceremonia del podio a la que hizo esperar un buen rato intentando coger fuerzas para afrontar el momento. La navarra Ana Casares, vencedora en 2008 y segunda ayer, ya piensa en el Ironman de Lanzarote. Más felices comparecieron Iker Mayora y Elena Calvillo, los nuevos campeones de Gipuzkoa.
De los 3.041 inscritos tomaron la salida 2.635 y concluyeron 2.297. Entre los participantes se pudo ver a Ricardo Abad, el ultrafondista de Tafalla que encadenó 150 maratones, y terminó el número 97 (2.46:17) o al ciclista Mikel Astarloza.
Martín Fiz, que en principio iba a dar el pistoletazo de salida del Medio Maratón de Benidorm, decidió participar quedando sexto en la general masculina y ganando en la categoría de veteranos masculinos de 45 a 49 años.