Termina la ATP
Davydenko se hizo por la vía rápida con la Copa Masters
Del Potro se desquició chocando una y otra vez con el infranqueble muro ruso.
GARA | LONDRES
Tras casi una hora y media de excelente tenis, Nikolai Davydenko se proclamó campeón de la Copa Masters al derrotar en el majestuoso O2 londinense a Juan Martín Del Potro, por un holgado 6-3 y 6-4.
El argentino avisó que haría un «esfuercito» para sobrepenerse a la fatiga que arrastraba y afrontar el partido contra el ruso con plenas garantías. Sin embargo, poco pudo hacer ante el exquisito tenis que emanó de la sexta raqueta más importante de la ATP. Davydenko ofreció un recital de primeros servicios y golpes certeros basados sobre un tenis agresivo, para deleitar a la afición que abarrotó la carpa londinense.
Conocidas las capacidades atléticas y rematadoras que tanto Del Potro como Davydenko atesoran, el ruso hizo gala de una valentía espectacular, que se convirtió en el factor diferencial que le permitió llevarse la Copa Masters.
Ya desde el inicio se vio a un Davydenko más agresivo, menos temeroso de los remates del rival y aventurándose con alguna que otra subida a la red. Estuvo muy suelto y acertado en sus golpes, y aprovechó la segunda de las bolas de rotura que dispuso para ganar una ventaja de 3-1 en este primer parcial. Del Potro, aún, no había desempolvado el tenis guerrillero que siempre le salva de los apuros. Esta vez, y con un 4-1 en contra, se le veía descentrado. Incurrió en errores poco habituales en él, y sólo 38 minutos llevó al hombre de Severodonezk rematar este primer set.
En medio de la oleada de juego de Davydenko llegó el segundo asalto, y con él, la hora de la verdad para Del Potro. El público, que como casi siempre volvía a estar muy a su favor, esperaba algún as de la manga de un hombre que suele reaccionar ante las coyunturas más adversas.
El argentino despertó, y poco a poco comenzaba a levantar su juego. Davydenko perdió dos opciones de rotura en el 2-2, y eso animó al de Tandil. No parecía una tarea fácil, ya que aunque errara en momentos clave, la derecha del ruso seguía dando mandobles letales capaces de desmoralizar a cualquiera.
Del Potro se encontró con su mejor juego en esos minutos posteriores. El marcador apuntaba un 2-3 a su favor, y en un hecho que pudo haber variado el signo de partido, malgastó un punto de rotura. Se entró en la parte más dura del partido, en la que las fuerzas empiezan a flaquear, y los puntos empiezan a ser interminables.
Fuegos de artificio
Pero Davydenko reaccionó. Salió del letargo al que le quiso someter Del Potro, y tiró de memoria. Recordó cómo venció a Federer en semifinales, y a la valentía que le caracterizó en el primer tramo del partido, se le sumó la confianza. Haber ganado al número uno mundial supuso un golpe de efecto para la moral del ruso, ya que era la primera vez que conseguía vencerle tras 13 duelos disputados. A partir de ahí todo vino rodado.
Con una mirada que supuraba determinación, este Davydenko rocoso e impenetrable plasmaba agresividad en cada golpe y en pocos minutos dio la vuelta al marcador para ponerse con un favorable 5-4. El saque final era para él, por lo que la situación parecía ya irreversible. Del Potro tuvo que agachar la cabeza, y quitarse el sombrero ante la superioridad tanto técnica como moral que mostró Nikolai Davydenko.
Tras ganar los torneos de Hamburgo, Umag, Kuala Lumpur y el Masters de Shanghai, esta Copa Masters se convierte en el quinto título de Davydenko en una temporada para enmarcar.
El tenista argentino estuvo desconocido y fue sometido al juego imperativo de Davydenko. En el segundo set tuvo una gran opción de tomar la delantera, pero no estuvo confiado y la desaprovechó, dejando abierta la autopista del triunfo para el ruso.