Esta travesía en el parque natural de la Sierra de Lokiz es espectacular dado que es una ruta montañera que discurre por el vértice de los verticales farallones que caen sobre los valles de Lana, Allin y Metauten, en Lizarrerria. La propuesta nace en el pueblo de Galdeano y regresaremos aquí tras un recorrido siguiendo el «pie de monte» de la muralla y pasando por Ollabarren, Ganuza y Aramendia.

En Galdeano aparcamos enfrente de la monumental iglesia, donde nace un camino PR señalizado con las tradicionales marcas blanco-amarillas y señalizada con «San Cosme». Es la ruta clásica para ascender hasta la sierra donde se sitúa esta popular ermita. La misma se deriva a la dcha. Buscando inteligentemente la parte menos abrupta de la muralla, supera unos gendarmes en un precioso estrecho, y conduce al mendizale a la zona alta, que ofrece hermosas vistas.

Tras San Cosme, el excursionista se encontrará en la altiplanicie, cubierta de boj y hayas, y derivará sus pasos en busca del balcón sobre la muralla, donde la exuberante vegetación deja espacios limpios para caminar y progresar en busca de la cima de Sarzaleta. Por el borde de los farallones, sobre el abismo, caminar es un capricho disfrutando de grandes vistas. Se seguirá el recortado y plano perfil que nos muestra formaciones curiosas y exquisitas, desconocidas y secretas que sólo se contemplan en este itinerario. Se conjugan corredores con monolitos y gendarmes, y se controlan desde diversas atalayas los verticales muros blancos calizos. Tras superar el puerto de montaña Muneta, que permitiría regresar a los pueblos a pie de monte, se pisa la cota cimera de Sarzaleta a 1.109 m de altitud.

La ruta continua, ahora en busca de otra ermita tradicional, la de «Santiago de Lokiz», que de repente aparece algo alejada en el interior de la sierra. Ese es el rumbo, y para ello, disfrutando de nuevas y asombrosas fachadas, la sierra hace una gran curva, donde la vegetación casi no deja espacio para continuar. Hay que olfatear los pasos, y en un momento hay que nadar para apartar la vegetación y lograr pisar otro puerto tradicional, el de Ganuza. El escenario es majestuoso y digno de elogio. Una vez allí, una estrecha senda, bien pisada, coloca al montañero en la basílica de Santiago, en un prado, lugar adecuado para reposar e iniciar la última parte de esta travesía. De nuevo el caminante toma otra PR la NA 184, que le va a permitir avanzar sin problemas siguiendo sus balizas. En ida y vuelta, es sugerible pisar otra cima clásica en Lokiz, la de Sardegi (998 m), cercana y al borde del cortado, cuyo mérito son las espectaculares panoramas que nos regala.

La abundante flora -carrascas, boj y robles- no recomienda seguir por el filo del acantilado y a pocos metros, por camino bien trazado y en paralelo, conduce rápidamente, hundidos en el bosque con diferentes especies mediterráneas, hasta el puerto de Ollabarren, para iniciar un descenso de los mas sugestivo de la montaña vasca. El precioso sendero de comunicación de puerto se topa con una cueva natural con dos «puertas», por las cuales se progresa en un escenario mágico de alto valor natural, una obra maestra de erosión de millones de años que ha permitido este accidente orográfico fenomenal. El fuerte descenso acerca así al montañero a las proximidades de Ollabarren, y en el lugar conocido como la Chopera, bien señalizado, se varía la ruta a la izda. para iniciar la insuperable ruta de pie de monte, cerca de la muralla y por caminos parcelarios, disfrutando ahora desde debajo de la escarpadura, de los numerosos espolones y de los acantilados que abren paso a la sierra por los diferentes puertos de montaña existentes y antes controlados desde las alturas. Tras pasar por las localidades de Ganuza y Aramendia, se pisan las solitarias calles de Galdeano, fin de esta propuesta.