Disparos en el cuartel de Leitza
Presentan como atentado de ETA el montaje de un guardia civil
Un guardia civil destinado en Leitza resultó ayer por la madrugada herido de bala. En un primer momento atribuyeron a ETA la autoría del disparo, pero a medida que avanzaba la mañana, y ante las evidencias, esta hipótesis fue desechada. Las primeras investigaciones indican que, al parecer, fue el propio agente quien se causó las heridas para simular que había sido atacado por la organización armada.
Maider EIZMENDI |
La confusión reinó ayer en las primeras horas de la mañana en torno a la sucedido durante madrugada en las inmediaciones del cuartel de la Guardia Civil de Leitza. Si bien en un primer momento las agencias de información y representantes políticos daban por hecho que se trataba de una acción de ETA, posteriormente las evidencias hicieron que se desinflase esta hipótesis. Aunque la investigación sigue abierta, todo apunta a que fue el mismo agente, Salvador Menéndez, de 34 años de edad, el que se causó las heridas para simular que había sido tiroteado por la organización armada.
A primera hora de la mañana los informativos se hacían eco de un tiroteo en el que, al parecer, se habían visto involucrados un agente de la Guardia Civil y varias personas armadas. No se concretó el número exacto de personas.
Citando fuentes de la «lucha antiterrorista», la agencia Efe informaba de que el tiroteo se habían registrado hacia las 3.45 horas, después de que el agente, que realizaba labores de vigilancia, supuestamente tratara de identificar a personas que, al parecer, intentaban colocar un artefacto explosivo en las inmediaciones. El guardia civil presentaba una herida de bala en el brazo y se detectó también un tiro en el chaleco antibalas.
«Agradecimiento al agente»
El ataque fue atribuido de inmediato a ETA, tanto por los medios de comunicación que hacían referencia a fuentes de la lucha contra la organización armada como por los representantes políticos que salieron a valorar lo sucedido y rechazar el supuesto atentado. Se expresaron sin ningún tipo de dudas, dando por sentado la autoría de ETA. Ése fue, entre otros, el caso de los representantes del Gobierno de Nafarroa, que sacaron un comunicado condenando la acción que atribuyeron a ETA y solidarizándose con el agente herido.
En la misma línea el PP de Nafarroa expresó su «más absoluta y enérgica condena del terrorismo» y mostró su «agradecimiento al agente herido, que, en un acto de valentía sin igual, ha evitado una tragedia que podría haber ocasionado infinidad de daños».
El presidente de CDN, José Andrés Burguete, también expresó su «apoyo y solidaridad a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, especialmente a la Guardia Civil y al agente herido».
Controles en los accesos
Posteriormente, para reforzar esta hipótesis se informó de que en los alrededores del cuartel había sido hallado «un dispositivo de tubos lanzadera» para impulsar granadas. Incluso se llegó a afirmar que el agente herido también había disparado y que un miembro de ETA podía haber resultado herido. Por este motivo y al parecer, para interceptar a «los atacantes», tanto los accesos a la localidad como las inmediaciones fueron tomadas por la Guardia Civil y un helicóptero sobrevoló la zona. Los alrededores del cuartel fueron acordonados y los agentes rastrearon con perros el monte cercano en busca de pruebas. El instituto militar también acudió a las viviendas cercanas a preguntar a los vecinos si habían visto o escuchado algo.
Sin embargo, el Ministerio de Interior del Gobierno de Madrid seguía sin hacer declaraciones. No confirmaba las informaciones que se estaban difundiendo, ni tampoco las desmentía.
Pero, pasadas las 11.30 de la mañana la hipótesis de la autoría de ETA empezó a quebrarse. Los periodistas agolpados desde primera hora de la mañana ante el cuartel de Leitza no daban crédito a las informaciones contradictorias que recibían desde las redacciones por medio del teléfono.
A preguntas de una periodistas incluso un agente de la guardia civil informó de que las armas de los agentes del cuartel habían sido requisadas para ser analizadas. Este extremo puso sobre la pista de lo realmente ocurrido a los periodistas desplazados hasta la localidad navarra.
«Muchas evidencias»
En un primer momento, se barajó la posibilidad de que que podría haberse tratado de un caso de «fuego amigo». Sin embargo, esta hipótesis tampoco se sostuvo.
No fue hasta más tarde cuando la posibilidad de que se trataba de «un montaje» creado por el mismo agente cobró fuerza.
Esta última hipótesis es por el momento la principal. La agencia Efe, citando fuentes de la lucha contra ETA, informó ya a primera hora de la tarde de que las primeras investigaciones se dirigen en esa dirección y que las evidencias apuntan a ello. Por un lado, la munición hallada en los alrededores de la casa cuartel de Leitza corresponde, al parecer, a la marca «Santa Bárbara», que habitualmente se suministra a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
También se constató que el artefacto localizado con la luz del día a 100 metros de la casa cuartel y que en un primer momento se afirmó que ese trataba de un dispositivo de tubos lanzadera para impulsar granadas resultó ser en realidad un tubo de PVC, que no contaba con ninguno de los dispositivos que suelen contener estas armas.
También se confirmó, según las mismas fuentes, que el disparo recibido por el agente fue efectuado a tan sólo un metro de distancia y que el tiro detectado en su chaleco antibalas no le dejó en el tórax el inevitable hematoma que produce este tipo de impactos.
Al parecer, el guardia civil herido, natural de Málaga y de 34 años de edad, se encuentra estable después de ser intervenido en el Hospital de Navarra. Según el parte médico, el agente presentaba una «herida con dos orificios, uno de entrada en la cara ventral y otro de salida por la dorsal del antebrazo izquierdo, sin apreciarse ningún otro tipo de herida».
Según las informaciones que se difundieron, el agente había sido destinado a la Leitza hace poco tiempo procedente de Galicia, aunque ya había trabajado anteriormente en la citada localidad.
Si por la mañana las declaraciones y valoraciones de los diferentes representantes políticos fueron una constante, por la tarde literalmente se hizo el silencio. Ningún representante se manifestó en torno a las nuevas hipótesis que se estaban planteando ni comparecieron siquiera para reconocer el error de las declaraciones matinales.
La munición hallada en los alrededores del cuartel corresponde, según fuentes de la investigación, a la marca «Santa Bárbara», que habitualmente se suministra a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Lo que en un primer momento fue presentado como un lanzagranadas con el que, según se indicó, ETA pretendía atentar contra el cuartel, resultó ser un tubo de PVC.
El disparo redibido por el agente fue efectuado a tan sólo un metro de distancia y el tiro detectado en su chaleco antibalas no le dejó en el tórax el inevitable hematoma que produce este tipo de impactos.
Leopoldo BARREDA
Portavoz del PP en la CAV
Pese a que posteriormente se confirmó que ETA nada tuvo que ver con el disparo recibido por el agente de la guardia civil, representantes políticos y medios de comunicación no dudaron en atribuir la autoría a la organización armada. Uno de los más contundentes fue el consejero de Interior de Nafarroa, Javier Caballero, que se expresó en estos términos al ser preguntado por lo sucedido en Leitza: «No hace falta ningún tipo de investigación para saber que cuando se produce un atentado de estas características, un tiroteo de estas características, todo apunta a que es fruto de la banda terrorista ETA, sin ninguna duda».
Tras atribuir los hechos a la organización armada, los representantes políticos dirigieron sus miradas a la izquierda abertzale, a quien instaron reiteradamente a que mostrarse su rechazo «al atentado».
Los representantes políticos intentaron además desacreditar la propuesta presentada por la izquierda abertzale. Así, la presidenta de la Juntas Generales de Gipuzkoa, Rafaela Romero, por ejemplo, afirmó que «todos los documentos y todas las palabras que hablan de nuevas y pacíficas vías serán cantos de sirenas envenenados», si la izquierda abertzale no rechazaba los hechos. En la misma línea, se expresó el portavoz del PP Leopoldo Barreda: «Creo que es un acto que, a quienes no quisieran verlo, les pone ante la realidad, más allá de las ficciones, de las añagazas de Batasuna, de los montajes de ETA o de las apariencias que quieran construir, ésta es la realidad».
Ezker Batua por medio de Mikel Arana también empleó la confusión sobre los hechos para arremeter contra la propuesta de la izquierda abertzale. Condenó «firmemente» el supuesto intento de atentado de ETA y se dirigió a la izquierda abertzale a quien instó a rechazar «de manera contundente, este atentado si quiere tener credibilidad». «Si ante la flagrante injerencia de ETA no es capaz de exigirle su desaparición estaría dando por muerta la propuesta de Altsasu antes de nacer», advirtió.
EA también se refirió al «intento de atentado» dando credibilidad a lo que se estaba difundiendo desde primera hora de la mañana. En una nota, este partido expresó su solidaridad con los afectados, «especialmente con el agente herido».
No sólo los representantes políticos, también los medios de comunicación quisieron ligar la noticia con la propuesta de Altsasu. Así, por ejemplo, en varios noticiarios arrancaron la narración de los hechos haciendo alusión a que el suceso se producía tan sólo dos semanas después de que la izquierda abertzale presentara su apuesta por un proceso democrático y pacífico.
GARA
El agente herido, Salvador Menéndez, llegó hace poco tiempo a Leitza procedente de Galicia, pero anteriormente también había estado destinado en la localidad navarra.