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El viejo y la Patagonia

«La ventana»

Las cuatro anteriores realizaciones de Carlos Sorín fueron presentadas con premio en el Donostia Zinemaldia, pero este sexto largometraje supone un giro narrativo y dicha ausencia parece venir a corroborarlo. En «La ventana» el veterano cineasta argentino renuncia a su habitual anecdotario para recrearse en la captación de un tiempo suspendido, a través de la figura de un octogenario que apura su vida con el silencio de la Patagonia como testigo.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Aunque no lo parezca, Carlos Sorín tiene ya 65 años, así que no debe extrañar tanto su decisión de hacer un alto en el camino para reflexionar sobre la vejez y la proximidad de la muerte. En consecuencia «La ventana» resulta diferente a sus anteriores películas, volcadas en una serie de pequeñas anécdotas, por cuanto se concentra en lo que pudiera ser el último día en la vida de una anciano, lo que exige una mayor dedicación y cuidado formal por el detalle. Esta vez, apenas hay anecdotario y lo que acontece es más la pura contemplación del tiempo suspendido, con el tic-tac del reloj marcando el lento transcurrir de esas horas postreras. Para esbozar el retrato del anciano, ha escogido a un actor no profesional, al escritor uruguayo Antonio Taco Larreta, que dentro de diez días cumplirá 87 años. Refleja la rebeldía de un hombre que no quiere ser tratado como un bebé o alguien que no se puede valer por si mismo. Una actitud que le lleva a escaparse de la vigilancia de sus cuidadoras, en un último paseo por el inmenso paisaje de la Patagonia que ve en versión reducida a través de la ventana de su habitación. «La ventana» brinda también la oportunidad a Sorín de plasmar su pasión por la literatura de Chéjov, hasta el punto de que se ha inspirado en sus palabras: «En ese momento no hay afectos, no hay familia, no hay amigos. Se muere irremediablemente solo». En lo cinematográfico reconoce en el personaje central el espíritu del anciano que David Lynch representó en «Una historia sencilla», pero la mayor influencia ha sido la de Ingmar Bergman y «Fresas salvajes», película con la que la crítica ha establecido muchas comparaciones. Ambas obras muestran cómo a medida que el presente y lo real se van borrando entran en escena recuerdos y visiones interiores de toda una existencia.

Estreno

Dirección: Carlos Sorín.

Guión: Carlos Sorín y Pedro Mairal.

Intérpretes: Antonio Larreta, Emilse Roldán, María del Carmen Jiménez, Arturo Goetz, Jorge Díez.

País: Argentina, 2008.

Duración: 85 minutos.

La Escasa pero muy valiosa filmografía del argentino Carlos Sorín

En los más de veinticinco años que lleva Carlos Sorín en el cine solamente ha dirigido seis largometrajes. El primero, premiado en Venecia en 1986, tardó varios años en ver la luz y reflejaba precisamente las dificultades para sacar adelante una ópera prima. Después de «La película del Rey» hizo la «road movie» patagónica «Sonrisas de New Jersey», protagonizada por Daniel Day Lewis. Desde finales de los 80 hasta el 2002 no volvería a dirigir, para hacerlo con el ciclo compuesto por «Historias mínimas», «Bombón, el perro» y «El camino de San Diego», que le ha consagrado como un maestro del minimalismo. M. I.

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