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Una nueva masacre en Irak coincide con el anuncio de elecciones para el 7 de marzo

Una oleada de atentados con coche bomba en zonas muy habitadas de Bagdad próximas a edificios oficiales causó ayer la muerte de al menos 127 personas y heridas a otras 450, poco más de un día después de que el Parlamento iraquí aprobara una nueva reforma de la ley electoral y el mismo día en que el Consejo Presidencial fijara el 7 de marzo como nueva fecha para la celebración de las próximas elecciones generales en el país árabe.

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Cinco potentes coches bomba devastaron ayer Bagdad y provocaron la muerte de al menos 127 personas, en una operación que lleva el sello de Al-Qaeda. En la tercera ola de ataques perpetrada en la capital iraquí desde el pasado mes de agosto resultaron heridas 450 personas, por lo que no se descarta que el balance de víctimas mortales aumente con el paso de las horas.

Los atentados se produjeron tras la adopción el domingo por la noche por parte del Parlamento de la nueva ley electoral que abría la vía a la celebración de las segundas elecciones legislativas en el país desde el derrocamiento de Saddam Hussein tras la invasión liderada por EEUU en 2003, unos comicios que fueron convocados ayer mismo para el 7 de marzo, un día después de la fecha inicialmente anunciada.

El Gobierno anunció el aplazamiento de 24 horas al recibir quejas de representantes de la minoría kurda por fijar para el 6 de marzo la cita electoral, por ser una fecha «históricamente inapropiada». Ese día se celebra el aniversario de un tratado entre Irán e Irak que anuló gravemente los derechos de los kurdos, según hizo saber el jefe de Gabinete de la Presidencia iraquí, Naseer al-Ani.

Casi simultáneas

Las explosiones tuvieron lugar de forma casi simultánea en diversos barrios de la capital. Además de las víctimas causadas, los coches bomba destrozaron tres edificios gubernamentales, devastaron un túnel de carretera y alcanzaron a una patrulla policial, según fuentes de seguridad.

La primera explosión ocurrió poco después de las 10 de la mañana (dos horas menos en Euskal Herria) y el resto se sucedieron a lo largo de los siguientes cincuenta minutos.

Entre los objetivos se encontraba la sede temporal del Ministerio de Hacienda en la avenida Al-Gumhuriya (centro), a donde se había trasladado tras el atentado que el 19 de agosto destruyó el antiguo edificio.

«Un kamikaze introdujo un minibús lleno de explosivo en la cola de estacionamiento del Departamento y se inmoló. Muchos de los trabajadores que escaparon del primer atentado murieron», explicó un agente de Policía.

Según fuentes de Interior, el segundo ataque ocurrió junto al Tribunal Central de Al-Karj, en el barrio de Al-Mansur (oeste), donde un kamikaze hizo estallar una carga explosiva en el vehículo que conducía. Un tercer kamikaze detonó otro coche bomba en la esquina de la avenida Al-Nida, cerca del Instituto de Justicia, en el barrio de Al-Qahira (norte), y un cuarto lo hizo cerca del Ministerio de Interior en la zona de Bab al-Sharqi (este).

La última explosión se produjo en el barrio de Dora, en la entrada sur de Bagdad, contra una patrulla de la Policía frente al Instituto de Tecnología. La mayoría de las víctimas eran estudiantes.

Ningún grupo ha reivindicado hasta el momento los atentados, pero la coordinación de las explosiones lleva la marca de Al-Qaeda. Hacia la red islamista apuntó también el portavoz del plan de seguridad de Bagdad, el general Qassem Ata Mussavi, que acusó a la organización que lidera Osama Bin Laden y al proscrito partido Baaz.

«Las abyectas manos de quienes perpetraron los atentados de agosto y octubre son las mismas que han llevado a cabo los atentados de hoy -por ayer-», declaró Ata. Aquellas acciones fueron atribuidas a Al-Qaeda y a los partidarios del régimen de Saddam Hussein y socavaron la confianza depositada en las fuerzas de seguridad iraquíes.

Más ataques

La amenaza de violencia política había registrado una merma en noviembre, con un balance total de 122 muertos, la cifra más baja desde la invasión del país en 2003. Sin embargo, el Gobierno iraquí y el Ejército de EEUU habían advertido de la posibilidad de un incremento de los ataques a medida que se acercaban las elecciones que, según, fijó ayer el Consejo Presidencial, se llevarán a cabo el próximo 7 de marzo.

«Creemos que se intentarán llevar a cabo más ataques antes de las elecciones», auguró en noviembre el general Ray Odierno, comandante de las tropas de EEUU en Irak, quien dijo que pedirá a Washington retrasar la retirada gradual de sus tropas si la situación así lo requiere.

El anuncio de la convocatoria electoral se produjo poco más de un día después de que el vicepresidente sunní Tarek al-Hashemi asegurara que no iba a vetar la ley electoral que regirá los comicios de 2010, después de que el Parlamento la hubiera enmendado el domingo por tercera vez tras semanas de debates.

condenas

Siria, a menudo acusada por Bagdad de permitir la infiltración de los insurgentes sunníes para cometer atentados, condenó «con fuerza» los ataques. Rusia, EEUU, el Estado francés la ONU también lo hicieron. Londres dijo que estos ataques no socavarán el «progreso» en Irak.

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