Cuando tras la muerte de Franco se gestó la Constitución española, el miedo al supuesto peligro de intervención militar presidía la «exhausta política española». En opinión de Alvarez-Solís, tal peligro no existía, porque los poderes fácticos de las grandes potencias no deseaban esa intervención. Sí deseaban, no obstante, conservar la maquinaria del franquismo, y para ello necesitaban a gente que no enlazara «épocas políticas», es decir, la de la II República con la que debería haber sido «productora» de libertad.

Todavía nos quedan ejemplos de personas cuya obra no les constituye una fuente infinita de ingresos económicos, sino de un dinero limitado, como las personas que dibujan con tiza en la calle y el paso de las personas y la lluvia les impone volver a demostrar su ingenio

Es un texto comprometido con la clase trabajadora. Las investigaciones sociales dan cuenta precisa de la realidad y, en este sentido, la objetividad y el rigor que presiden el libro no se confunden con una falsa neutralidad

Zehatzago, kalterik kezkagarriena: bideoak irratiko izarra hil zuen bezalatsu, Google madarikatuak bazkalosteak hil ditu