El documentalista catalán Joan Soler se ha especializado en la denuncia social de las malas condiciones de vida de la infancia en los países pobres. Ganó el Goya por su cortometraje «Els nens del Nepal», acerca de una escuela especial en Katmandú que acoge a niños de familias sin recursos. Su otro corto, «Abandonatti», fue nominado al Goya y en él se refleja la dura situación de los niños rumanos abandonados a su suerte en la estación central de Bucarest, donde se evaden inhalando pegamento. Con su largometraje «El camí dels somnis» ya no hace un retrato colectivo, sino que se fija en el caso ejemplar de dos niñas invidentes que, además de luchar por superar su discapacidad, utilizan esa experiencia para ayudar a los demás que también la padecen. Este documental sobre Alba de Toro y Nuria Faure ha cobrado una especial trascendencia por contener la última aparición ante las cámaras de Vicente Ferrer, recientemente fallecido. Las protagonistas viajan solas a la India, donde llevarán a cabo una labor de enseñanza con otros niños afectados por la ceguera parcial o total. De esta manera se toca uno de los tantos aspectos de la regeneración emprendida por la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur, hasta el punto de que hoy en día toda la población de esa parte meridional de la India se ve favorecida por un plan integral de desarrollo, con la construcción de casas, regadíos, escuelas, hospitales. Las familias han conseguido trabajo, educación y asistencia médica. Se han vencido asimismo las barreras sociales que marginaban a las mujeres y a la casta más baja, la de los intocables.