La secretaria general de Asviamie, Olvido Herreras, y Patxi Kortazar, miembro también de la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi, anunciaron ayer que hoy a partir de las 17.00 se desarrollarán en Bilbo las terceras jornadas para la difusión de la problemática sobre la exposición al amianto.

Explicaron que en 2009 más de un centenar de familias se han acercado a la asociación debido a que un familiar está afectado por el amianto, según dijo Olvido Herreras, que recordó que más de 350 afectados por el mineral cancerígeno pertenecen ya a la asociación. Explicó que en lo que llevamos de año más de 12 ex trabajadores han fallecido por cáncer después de haber tenido contacto con el amianto en su vida laboral.

Patxi Kortazar recordó que los últimos casos que «se están dando de alta en la asociación son de trabajadores jóvenes entre 41 años y 52 años». Para Herreras y Kortazar esta situación indica que este problema «empieza a aflorar con fuerza».

La Asociación de Víctimas del Amianto aprovechó la comparecencia para reclamar una vigilancia específica de la salud y que las administraciones «hagan algo» para que los afectados y sus familiares «no nos tengamos que arrastrar por los juzgados para obtener el reconocimiento de una enfermedad profesional o el recargo por la falta de medidas de prevención en las empresas». Animó a participar en la asociación y reconoció el trabajo de apoyo de CCOO y de LAB en esta materia. «Está claro que esta pandemia es invisible, pero está ahí. Las administraciones y los médicos deben cooperar para conseguir que los afectados tengan una calidad de vida, porque el mesotelioma es mortal por necesidad».

Olvido Herreras denunció que el Fondo de Compensación, como existe en el Estado francés, no avanza. «Estuvimos en el Parlamento de Gasteiz, pero el tema ha quedado en agua de borrajas. No han atendido nuestra petición de ayuda y auxilio».

Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral de CCOO de Euskadi, recordó los problemas que hay para que Osalan o la Inspección de Trabajo reconozcan el daño por amianto y animó a seguir en la lucha.

Cosme Real, electricista de BBVA -hace unos días Osalan reconoció la existencia de amianto y que su cáncer se debió al trabajo en las oficinas en Gran Vía-, explicó a GARA que «te cambias de una empresa a un banco porque crees que mejoras, y después de 30 años trabajando, estoy afectado por un cáncer. Es lamentable». Expresó su opinión de que «tiene que haber más afectados» que no han salido a la luz, y lamentó que la dirección no se haya puesto en contacto con él para conocer su estado.

«No se han preocupado de nada. Ni me han llamado ni han puesto remedio a este problema», denunció.

Enrique Aretxaga, ex trabajador de Envases Metalúrgicos de Alava, de Laudio, explicó a GARA que el Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia de enfermedad profesional por amianto en esa empresa, ya que, en todo momento, ha tratado de ocultar que hubiera amianto en sus instalaciones. «Recurrió todas las sentencias en contra que tenía, pero no le ha valido de nada», señaló.

Hospital de Gurutzeta

El consuegro de Javier Rojo, ex trabajador del Hospital de Gurutzeta en el servicio de mantenimiento y fontanería, recordó que se encuentra «mal con un mesotelioma pleural». Este caso llama la atención de que en un centro de Osakidetza, que se supone que tendría que estar alerta en esta materia, haya habido contaminación por amianto. El consuegro de este afectado explicó a GARA que «la dirección ha reconocido el problema», pero dijo desconocer si están actuando para controlar a otros trabajadores..

Olvido Herreras recordó que ayer se celebró la vista por el recargo de prestaciones contra Babcock por la muerte de su padre Julián y criticó la actitud prepotente de las empresas.