Raimundo Fitero
Fronteras difusas
El sentido del humor, la causticidad, el cinismo entendido como un bello arte, las posibilidades de hacer de la realidad un cuento de hadas o una historia de terror, todo eso es posible sentir si se pasa la media horaria de consumo televisivo de la ciudadanía europea. Además de problemas de tensión, apretones cardiovasculares o disfunciones evacuatorias severas, estar mucho tiempo delante de un electrodoméstico plano produce hernias en los sensores receptivos.
Yo estuve viendo una entrevista de El Follonero a José Barrionuevo, el ministro de los GAL, y sentí la necesidad de hacer una inmersión urgente en la memoria histórica reciente porque estamos atravesando un tiempo de mentiras, olvidos y malas intenciones. «Salvados» es un programa incalificable, pero siempre aporta algo, por la vía directa, indirecta o transversal sobre la realidad y la memoria. Y en este caso, preguntó todo lo que tenía que preguntar. Y el ex ministro contestó con una carga de soberbia inconmensurable, con unas razones que quitan dudas metodológicas y nos llevan a certificar su postura antes, durante, después y en la memoria. La doctrina Barrionuevo es que la violencia utilizada como legítima defensa es aceptable. Es más, es recomendable. ¿Seguro? ¿Toda la violencia de respuesta es legítima? Lo del GAL, según esa teoría, era una legítima defensa de España. Buen tema para que nos ilumine Rodolfo Ares que tanto sabe del asunto.
Son las fronteras difusas entre la acción de gobierno, la guerra sucia, el terrorismo de estado y esa colección de figuras retóricas que se quieren abolir. Se trata de falsear la memoria, la realidad, los tiempos y las ideas. No sé por qué razón ahora en mi memoria excitada por tantas dosis de cinismo, por tantas barbaridades dichas con cuajo por Barrionuevo, subrayadas por pausas de El Follonero significativas, se me juntan con la agresión a Berlusconi, con las amenazas a Wyoming, con los resultados de los refrendos catalanes. Un tiovivo en donde chocan los caballos, las ambulancias, los patos y las avionetas. Fronteras difusas entre reali- dad y televisión. ¿En Dinamarca se detiene a mil personas preventivamente? Apaga y vámonos.