Maite SOROA | msoroa@gara.net
Nervios tras los referéndum
En la prensa española de ayer muchos trataban de restar importancia o trascendencia a las 166 consultas de Catalunya, pero no lograban disimular su inquietud por el alcance real de la iniciativa.
El editorialista de «El Mundo» se mostraba poco menos que alarmado. Empezaba por descalificar pero luego se ponía serio: «Fue un sainete en la mejor tradición del género chico español: votaron adolescentes de 16 años e inmigrantes africanos, la participación fue muy baja, el recuento se hizo sin ninguna garantía y la organización semejaba un club de amigos que se disponían a pasar un día de fiesta. Dicho todo esto, sería un error tomar sólo a broma lo que sucedió ayer en Cataluña». No he entendido eso de que «votaron inmigrantes africanos». ¿Ustedes?
El tío está que fuma en pipa porque, agrega, «lo increíble es que este tremendo disparate haya contado con la complicidad del PSC, que ha apoyado activamente la celebración de la consulta en muchos pueblos, facilitando, por ejemplo, los censos a los promotores de la iniciativa. Para vergüenza del PSOE, al menos 18 de las 166 localidades están gobernadas por alcaldes socialistas. Montilla debería sancionar hoy mismo a los alcaldes y dirigentes municipales del PSC que han colaborado en estas consultas, ya que resulta imposible entender cómo un partido que se declara a favor de la legalidad constitucional da cobijo a personas que alientan el independentismo mediante procedimientos ilegales». Ya se empieza a poner de lo más nervioso.
Y al concluir se muestra muy, pero que muy alarmado: «Poner el énfasis en los detalles de la ridícula farsa que se consumó ayer sería un error. Lo importante no estriba en que las consultas fueron esperpénticas ni en que la participación fuera baja. Todo ello es secundario frente al hecho de que los nacionalistas consiguieron consumar sus propósitos, convirtiendo en parte del paisaje político la percepción de que hay un camino plebiscitario que lleva a la independencia de Cataluña y que puede ser seguido en otras comunidades, como el País Vasco y Baleares». ¿Qué hay de antidemocrático en un camino plebiscitario a la independencia? Que me lo explique Pedro J.