Los primeros 30.000 soldados estadounidenses de refuerzo enviados por el presidente Barack Obama llegarán esta semana a Afganistán, anunció ayer el jefe de Estado Mayor de todos los ejércitos de EEUU, Michael Mullen.

«Marines de Camp Lejeune llegarán esta semana», declaró a la prensa el almirante Mullen, el militar estadounidense de mayor gradación, durante una visita a Kabul.

Situada en Carolina del Norte, Camp Lejeune es la base más importante del Cuerpo de Marines. Un contingente de 1.500 marines se desplegará en la provincia de Helmand, bastión de los talibán al sur de Afganistán.

El presidente estadounidense anunció el 1 de diciembre el envío de 30.000 soldados estadounidenses para reforzar a los más de 113.000 militares de las fuerzas internacionales que ya se encuentran en Afganistán, con el objetivo de acabar con la insurrección de los talibán, que avanza territorialmente y en intensidad.

Con este envío, las fuerzas estadounidenses, que constituyen el 70% del contingente internacional desplegado en Afganistán, superarán los 100.000 soldados.

«La insurrección se ha convertido más violenta, más extendida, más sofisticada. Los talibán son ahora mucho más eficaces», subrayó el almirante Mullen, mientras dos ataques registrados ayer costaron la vida a 16 policías afganos al norte y al sur del país.

«Estoy muy preocupado por el nivel creciente de colaboración entre los talibán afganos y Al-Qaeda y otros grupos extremistas que encuentran refugio en la frontera de Pakistán», añadió el almirante Mullen.

«Será una misión mucho más difícil que lo que era hace un año», alertó el alto mando estadounidense. «He dicho a nuestras tropas que se preparen para más combates y para más pérdidas», añadió tras entrevistarse con el ministro afgano de Defensa, Abdul Rahim Wardak.