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Niemeyer, leyenda viva de la arquitectura, cumple 102 años

El arquitecto brasileño Óscar Niemeyer, un maestro de su oficio, cumplirá hoy 102 años de edad en plena actividad y tras haber superado varios problemas de salud que lo obligaron a someterse a dos cirugías en los últimos meses. Niemeyer es el «padre» de Brasilia.
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GARA | RÍO DE JANEIRO

Cuando cumplió 101 años, el Gobierno brasileño decidió otorgarle la medalla al trabajo. A punto de sumar una cifra más al centenario, Oscar Niemeyer, que aún trabaja en su estudio en el barrio de Copacabana, en Río de Janeiro, no alterará su rutina. «Mañana va a trabajar normalmente. Con seguridad vendrá la familia a almorzar con él y algunos amigos, pero no tenemos prevista ninguna celebración especial», explicó su nieto Carlos Óscar Niemeyer. Por la tarde, el artista tomará, como suele hacerlo todos los martes, las clases de filosofía en las que se matriculó hace cinco años con un profesor particular.

Militante comunista, abocado al exilio parisiense durante la dictadura brasileña, amigo de Fidel Castro y defensor del presidente Lula, Hugo Chávez y Evo Morales, como arquitecto Óscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares (Río de Janeiro, 15 de diciembre de 1907) siempre se ha caracterizado por ser un innovador en las formas arquitectónicas, con una obsesión por dotar de curvas al cemento armado, característica que lo convirtió en uno de los precursores de la arquitectura moderna. «Cuando me encomiendan un edificio público, intento hacerlo bonito, diferente, que genere sorpresa. Porque sé que los más pobres no van a disfrutar nada, pero ellos pueden detenerse para verlo y tener un momento de placer, de sorpresa. Es esa la forma en que la arquitectura puede ser útil», explica el propio arquitecto en «Óscar Niemeyer: la vida es un soplo», un documental de 90 minutos lanzado hace dos años y que resume su vida y su obra.

En el mismo documental, Niemeyer admite que las curvas de sus edificios tuvieron como inspiración las montañas de Río de Janeiro y las formas del cuerpo de la mujer, que no sólo lo hicieron rebelarse contra los ángulos rectos sino también desear una vida longeva. Su amor por las mujeres lo llevó a casarse en noviembre de 2006, a los 98 años, convaleciente de una cirugía y a escondidas de su familia, con Vera Lucia Cabreira, 40 años menor y quien fue su secretaria durante décadas. El arquitecto se había casado por primera vez a los 21 años con Annita Baldo, con la que tuvo una hija, Ana María, y con la que vivió 76 años hasta su muerte, en 2004.

Fue con la mujer como inspiración que este alumno de Le Corbusier se convirtió en uno de los arquitectos más prolíficos y conocidos del mundo, con obras en los cinco continentes y con una ciudad como galería viva para su arte: Brasilia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La capital brasileña, inaugurada en la década de 1960 en medio de la nada y bajo los planos de su amigo Lucio Costa, alberga varias de las principales obras de este genio brasileño: el Palacio de Planalto, el Congreso, la sede del Supremo Tribunal Federal, la Catedral, el Museo Nacional y el Panteón, entre otros.

En lo político, Niemeyer se ha caracterizado por ser un ferviente comunista, razón por la cual tuvo que exiliarse en París durante la dictadura brasileña (1964-1985). En 1966 diseñó sin cobrar nada la sede del Partido Comunista Francés, en París, y también tienen su huella un centro cultural para Le Havre, las oficinas de la editorial Mondadori en Milán y, en Argel, el zoológico, la Universidad de Constantino y la Oficina de Asuntos Exteriores.

Entre las últimas obras que salieron de la plancha de este igualmente ateo convicto figura el Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, que será inaugurado en mayo del año próximo en la ciudad asturiana de Avilés y con la que el brasileño agradeció el Premio Príncipe de Asturias que recibió en 1989.

En su estudio trabaja por estos días en el diseño de una torre de 60 metros para la ciudad de Niteroi y de la sede de la biblioteca Árabe-Sudamericana, en Argel, trabajos que tuvo que interrumpir durante por las cirugías a las que se sometió en setiembre y octubre de este año. Entre los numerosos premios que ha recibido destacan el Lenin de la Paz (1963), el Pritzker -considerado el Nobel de arquitectura- (1988), el Príncipe de Asturias (1989) el León de Oro de la Bienal de Venecia (1996) y el Unesco de la Cultura.

CIUDADES

Niemeyer siempre estará asociado a Brasilia, la capital del país creada de la nada. Pero está también vinculado a Río, para el que ideó su samódromo. Los guías turísticos señalan su ventana al pasar por Ipanema.

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