Análisis | Apuntes para después del 13-D
La mirada a las autonómicas empaña las consultas
En las elecciones autonómicas podrían concurrir hasta tres (o incluso cuatro) candidaturas que se proclaman independentistas: ERC, Reagrupament, Suma Independència y la impulsada por el MDT. Algunos sectores de CDC podrían incluso intentar atraer al electorado independentista. Iniciativas como la Casa Gran del Catalanisme apuntan en esta dirección.
Laia ALTARRIBA i PIGUILLEM
El 13-D ha dejado una sensación de satisfacción en la mayor parte de quienes apoyaban la celebración de las consultas sobre la independencia. Pero también ha puesto en evidencia las dificultades del independentismo para establecer estrategias comunes.
Apelando a «constituir un movimiento unitario», ayer, pocas horas después de conocerse los datos de participación en las consultas independentistas, algunos de quienes han integrado la coordinación nacional de los referendos anunciaban la constitución de una «alternativa electoral independentista para lograr un Estado catalán independiente». La nueva formación se llamaría Suma Independència. El anuncio ha abierto la caja de los truenos y, a través de intervenciones en las principales emisoras de radio catalanas, algunos de los impulsores del 13-D se han reprochado el uso electoralista que hacen unos y otros de las consultas.
Especialmente los reproches se han vertido entre los que dirigían la coordinación nacional y el responsable de la coordinación de las consultas en la comarca de Osona. Precisamente, es en Osona donde se han obtenido los mejores resultados de participación (una media del 41,7%), y el director de campaña, Alfons López Tena (quien fue vocal del Consejo General del Poder Judicial del Estado español a propuesta de CiU), ha usado los buenos resultados en la comarca para reprochar a los otros su incapacidad para trabajar bien: «Cuando las cosas se organizan mal, salen mal».
A muchos les ha disgustado que López Tena aireara las peleas internas de los sectores soberanistas, pues puede desalentar a mucha gente que se ha volcado e ilusionado con las consultas. Pero también son muchos los que comparten una visión crítica hacia la forma de actuar de los que han dirigido la coordinación nacional. ¿Y quiénes forman la coordinación nacional? Los que la han liderado son Uriel Bertran, diputado de ERC; Carles Móra, alcalde de Arenys de Munt y miembro de EPM (la plataforma municipalista vinculada a ICV); y Josep M. Ximenis, concejal de Arenys de Munt por la CUP. Aunque cada uno sea de una formación distinta, los tres comparten una manera de trabajar autónoma de sus respectivas organizaciones. Por eso, no sorprende que Mora y Ximenis hayan firmado el manifiesto de Suma Independència.
Si la nueva formación electoral sale adelante, esto podría significar que para las autonómicas previstas para otoño concurrirían tres formaciones que se proclaman independentistas: ERC, Reagrupament (el partido de Joan Carretero, escindido de ERC hace pocos meses) y Suma Independència. A no ser que los segundos y los terceros confluyan en un futuro, una hipótesis no descartable si se tiene en cuenta que los dos comparten un discurso que tiene como eje central la independencia de Catalunya (no incluyen como prioridad la vertebración de los Països Catalans) y eluden posicio- narse en aspectos sociales. Pero esta hipótesis, por ahora, es anticiparse demasiado.
Quien no va a estar en la campaña electoral de otoño va a ser la CUP (las candidaturas de la izquierda independentista), porque sus militantes decidieron hace medio año no concurrir a las autonómicas. El motivo: consideran que primero la CUP tiene que consolidarse como herramienta de lucha municipalista, así que se va a centrar en las elecciones municipales de 2011 (para entonces podría presentarse también en Barcelona). Además, la CUP prefiere esperar a una mayor vertebración de la izquierda independentista para poder dar pasos más firmes más adelante junto con el resto del movimiento. Seguro que muchos en la CUP, frente a la multiplicación de candidaturas, se habrán convencido aún más del acierto de la decisión de posponer la concurrencia a las autonómicas.
Así pues, por ahora tres candidaturas. Pero aún podría haber una cuarta. La impulsaría el MDT (organización de la izquierda independentista, cuyas siglas provienen de los años ochenta), que hace pocas semanas lanzaba una propuesta para estudiar «la posibilidad que los sectores que se sitúan alrededor de la Unidad Popular puedan tener opción electoral en las próximas elecciones autonómicas del Parlament de Catalunya». Por ahora su llamamiento no ha encontrado eco ni en la izquierda independentista ni fuera de ella.
La oferta para los votantes independentistas aún la completaría CiU. Si bien este partido ha trabajado desde su fundación para encontrar un encaje en España que satisfaga la burguesía catalana, en los últimos meses algunos de sus representantes han hecho declaraciones con un tono marcadamente independentista. Sin ir más lejos, este domingo, dirigentes como Felip Puig y Oriol Pujol advertían al Estado español de que si no tomaba en cuenta las reivindicaciones catalanas de más autogobierno, había que ir pensando en un proyecto propio para Catalunya. A pesar de que no es realista imaginar a CiU impulsando un proceso independentista, su discurso puede calar en algunos sectores que quisieran la creación de un Estado catalán.
En referencia a CDC, no hay que perder de vista la Casa Gran del Catalanisme. Fue la propuesta de Artur Mas para aglutinar alrededor de su partido al catalanismo, como estrategia para recuperar la centralidad de este amplio movimiento sociopolítico, en clara pugna con ERC y en vistas a volver al Gobierno de la Generalitat. Algunas de las caras de la Casa Gran se han dejado ver por las consultas y podrían ir acentuando su apoyo a los convergentes a medida que se acerquen las elecciones.
Los próximos meses irán colocando a cada uno en su sitio en la carrera electoral. No sólo habrá que ver lo que sucede con los que están en la coordinadora nacional de las consultas, sino también qué camino escoge López Tena. Además, en pocos meses, el presidente del Barça, Joan Laporta, dejará el cargo, y también saltará a jugar en la cancha de la política. ERC intentará marcar perfil independentista para desmarcarse de Montilla; CiU tratará de recoger en el río revuelto del soberanismo, y las nuevas formaciones intentarán llegar al electorado, sobre todo, a través de las redes sociales en internet.