Josu Imanol Unanue Amigo de Cecilio
Euskobarómetro y mi amigo Cecilio
Cecilio, trabajador en paro, también echa en falta la respuesta obrera por los accidentes laborales reconocidos y aceptados como naturales, el mismo riesgo criminal que padecen los trabajadores afectados por el amianto
Dice Cecilio que lo del Euskobarómetro ya lo sabía desde hace tiempo, que él está más quemado que el carbón por las chulerías del actual Gobierno del tercio sur de Euskal Herria, pese a que ya no ve ni oye EITB, y que le dan igual las opiniones de los afines al régimen de derechas que los desgobierna.
Cecilio comenta que para salir en la portada de una revista supuestamente oyendo música, que sería de Los Chunguitos, y con un fuego bajo más artificial que el rey Baltasar de su pueblo no hace falta dar el pucherazo electoral y autodenominarse lehendakari, que eso se puede hacer en Carnavales, que así no se destaca, y que tiene un punto de humor tan grande como la falta de creatividad del supuesto lehendakari de todos los españoles, sean de derechas o menos de derechas, es decir, PP o PSOE.
A Cecilio le parece triste que tengan que luchar y gastar energías en traer la selección española a San Mamés o al «Norte de España» según ellos. Simplemente lo pueden ver en la tierra que tanto aman, que es España, y así, llegado el momento, incluso celebrarlo.
Mi amigo dice que no entiende la felicidad en un Estado capaz de acallar la realidad de millones de sus ciudadanos en paro y pasando penurias con la venta abusiva de una operación facial de una chachi-piruli tertuliana del famoseo, que para eso, con actuaciones menos rebuscadas, les prestamos a algunos tertulianos de «Pásalo» y sus inteligentes comentarios y, por ejemplo, a la también chachi-guay Ameztoy, ciudadana del mundo universal donde las haya.
Cecilio está preocupado porque el rey Borbón de todos los españoles, con devoción de serlo o no, haya dado un mensaje navideño en los medios de comunicación públicos no por ser Juancar I «el del bacón junto a Franco» que en paz descanse, si no porque él se ha quedado un poco defraudado, al verlo con traje tipo de comercial y no como a sus idealizados reyes de antaño... Rodrigo, Recaredo, Carlomagno, Pepino el Breve o Ivan El Terrible. ¡Que esos sí que vestían ropas y coronas y tenían porte majestuoso! Por cierto, le parece cuando menos curioso que todas las cadenas españolas resalten la mayor audiencia de ETB en lo del mensaje y estén contentos con ello, dice que eso no se lo cree nadie y que tiene la misma credibilidad que el deseo del rey de que todos juntos, incluso él, trabajemos. También opina que fue un timo leído y no en directo, que es donde se demuestran las habilidades verbales.
Cecilio también ve preocupado el futuro de la anciana Iglesia, está preocupado por lo de Montilla y los curas «sublevados» y, visto lo de Madrid, exige que se disuelva a los que hacen lo mismo que con el «botellón», ocupar la calle con disfraces tantas veces que a este paso se quedaran sin rebaño, sin pastor y sin corral.
A mi amigo le desorienta que se gasten «dineros» en el nuevo Guggenheim sin respetar ni consultar a los ciudadanos afectados, y sin que antes tengamos garantizado que los vertidos tanto industriales como de la población sean tratados en Urdaibai. También se queja de que todos aplaudan iniciativas como la de las consultas en Catalunya y no hagan las propias.
Ni que decir tiene que me ha hablado de la autocomplacencia de quienes nos gobernaron, esa derecha radical, como nos recuerda Urkullu por omisión, que más que oposición parece un grupo de acompañamiento actualmente; claro que él entiende esa actitud, teniendo en cuenta que ilustres militantes han optado por los puestos bien remunerados por el servicio prestado. Josu Jon, Ardanza, Atutxa y otros pájaros, como me recalcaba, y eso exige pleitesía. No se olvida de las últimas del ilustrísimo Azkuna, que ya hasta persigue y prohíbe las actuaciones de los payasos, ya se sabe el celo profesional y la competencia hasta dónde llegan.
Cecilio, trabajador en paro, también echa en falta la respuesta obrera por los accidentes laborales reconocidos y aceptados como naturales, el mismo riesgo criminal que padecen los trabajadores afectados por el amianto.
También dice que al Gobierno español le sobran carceleros y que por ello será, por miedo al paro, lo de las detenciones masivas, las actuaciones previas justificativas y, cómo no, todo ello con el visto bueno de los pacifistas y demócratas que ni ponen en duda la incomunicación, algo tan claro y obvio como la falta de denuncia de torturas y las extrañas detenciones y secuestros de antes y de ahora, cuando no demuestran claramente su falta de voluntad para resolver el llamado conflicto con nuestro pueblo.
Mi amigo Cecilio me expresa su disconformidad con los ciudadanos que razonablemente denuncian lo sucedido en el caso «Egunkaria» y se muestran insensibles con el caso «Egin», por ejemplo, o los presos de por vida en prisiones alejadas y con juicios más que dudosos. Hay lamentables silencios que abocan a la reflexión del monstruo de «filo-democracia» que se ha creado cuando desaparecen personas «legalmente» en prisiones de exterminio y las condenas destruyen a los individuos, ¿Es el objetivo prioritario del Estado? Uno y mil saludos a Igor González Sola y a todos los presos políticos.
Cecilio, campechano y tenaz, me ha deseado un feliz año nuevo revolucionario, donde los trabajadores podamos por fin vivir sin miedo, en armonía con el medio y en igualdad, seamos de donde seamos. Cecilio promete recordarme día tras día un sinfín de acontecimientos en los que, por dejadez u olvido voluntario, no reparamos, pero nos afectan.