Tormenta política en el Estado francés por la reventa de la vacuna de la gripe A
La decisión del Estado francés de revender los lotes sobrantes de las vacunas contra la gripe A ha provocado las críticas no sólo del opositor PS, sino que diputados de la UMP como Bernard Debré han criticado la errónea decisión de acaparar dosis tomada en julio.
GARA |
El Estado francés ha comenzado a revender parte de las vacunas que adquirió para combatir la gripe A y que finalmente no han sido administradas entre sus ciudadanos, para lo que el Ministerio de Sanidad está negociando con varios países.
Los primeros compradores han sido Qatar y Egipto, que han comprado 300.000 y dos millones de dosis, respectivamente, por un importe total de 16,1 millones de euros, aunque la ministra de Sanidad, Roselyne Bachelot, aseguró que están «en contacto con otros países, en concreto Ucrania y México», sin precisar el precio de las ventas. Fuentes de su departamento informaron al diario «Le Parisien» de que el precio oscilará entre 6,25 y 10 euros, lo mismo que se pagó al fabricante.
El Estado francés compró 89 millones de dosis -para una población de 65 millones de personas-, lo que supuso un coste de 869 millones de euros. Finalmente, únicamente cinco millones de personas optaron por vacunarse.
Entre los países que se beneficiarán de la reventa de medicamentos del Estado francés y otros estados europeos como Alemania y los Países Bajos está Irán, que ayer anunció que en los próximos días lanzará una campaña de vacunación, según anunció el Ministerio iraní de Sanidad, que destacó que dispone de cuatro millones de dosis.
Críticas al Gobierno
El PS y Nouveau Centre (NC, aliado del Gobierno de François Fillon) reclamaron la creación de una comisión de investigación en el Parlamento para estimar el coste que finalmente supondrá la decisión de adquirir las vacunas.
El portavoz del PS, Benoît Hamon, destacó que «los grandes laboratorios farmacéuticos han sido los grandes vencedores en este asunto» y denunció la existencia de «una campaña para crear ansiedad y vender todos los stocks».
«Francia ha fracasado en este asunto, a pesar de que ha dedicado multitud de recursos», señaló el presidente ejecutivo de NC, Jean-Christophe Lagarde.
Pero las críticas también llegaron desde las mismas filas de la UMP, el partido de Fillon y del presidente Nicolas Sarkozy. El diputado de esta formación Bernard Debré, médico de profesión, lamentó «la falta de prudencia de Francia en la gestión de la epidemia gripal».
«El coste de la compra supone más que el déficit de todos los hospitales franceses y es tres veces más que lo que se gasta en el plan contra el cáncer», añadió.
Junto a ello, Debré destacó que «tenemos el 10% del Tamiflu mundial, que estamos colocando en las farmacias. Tenemos el 10% de las vacuna que estamos intentando recolocar».
En este sentido, denunció que «en julio hubo una presión absolutamente fantástica de los laboratorios». Inicialmente, se vendió la idea de que eran necesarias dos dosis para que la vacuna fuese efectiva, cuando posteriormente se demostró que una era suficiente.
Ya en julio, Bernard Debré alertó de que el despliegue contra la gripe A «sólo sirve para darnos miedo».
El Estado francés compró las vacunas a las multinacionales GlaxoSmithKline (GSK), Novartis, Sanofi-Pasteur y Baxter.
El Estado francés se gastó 869 millones de euros en vacunas contra la gripe A, el equivalente al déficit de la red hospitalaria y tres veces más que la partida destinada al plan para luchar contra el cáncer.
Sólo cinco millones de personas se han vacunado de la gripe A en el Estado francés, a pesar de que el Gobierno compró 89 millones de dosis para una población total de unos 65 millones de personas.
La gripe A se extiende por las zonas rurales de China, más desprotegidas en términos médicos, según informó el Ministerio de Sanidad. En 2009, 648 personas fallecieron por esta enfermedad.
El Ministerio español de Sanidad está estudiando la posibilidad de revender las vacunas de la gripe A sobrantes a países como Polonia o Bulgaria, aunque también baraja la posibilidad de donar las dosis, tal y como sugirió el presidente de EEUU, Barack Obama, según informó la agencia Europa Press.
Otras alternativas serían devolver los excedentes a los laboratorios para que los vendieran en las farmacias, lo que no parece convencer a las multinacionales, o emplearlos para fabricar la vacuna de la gripe estacional del próximo año, que se elabora con los virus que más circularon el invierno anterior.
El Estado español se quedará con 13,5 millones de vacunas de los 37 millones que ha comprado. De éstas, diez millones de dosis se destinarán a pacientes de riesgo -hasta el momento sólo se han administrado tres millones-, mientras que los restantes 3,5 millones formarán la reserva estratégica «en previsión de cambios en la evolución de la pandemia». GARA
