Retrato
Una vez más, los más indefensos, los presos, han de sacrificar lo indecible en defensa de los mínimos derechos que les corresponden en su triste condición y que los estados español y francés les niegan. Todos se retratan: quienes son capaces del más duro sacrificio y quienes, desde su miseria moral, se ceban con los más débiles. La sociedad vasca dio el sábado una primera respuesta. Falta más. Mucho más.