60.000 usuarios sufren a diario la congestión de los accesos a Bilbo
Quizá alguien lea esta noticia inmerso en uno de los atascos diarios en los accesos o salidas de la capital bilbaina. Su único consuelo es que cerca de 60.000 personas están en esa misma situación cada día. Lo ha cuantificado un estudio del Real Automóvil Club.
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La A-8, el corredor del Txorierri, la N-634 y la BI-361 han sido las vías de entrada y salida analizadas en este novedoso estudio llevado a cabo por el RAC, con el apoyo de la Diputación vizcaina, y que ya se ha aplicado a Barcelona y Madrid. ``La congestión en las vías de acceso a Bilbao'', se titula este informe que viene a cuantificar las retenciones que sufren los usuarios del Gran Bilbao. Cuatro arterias que facilitan el acceso a la capital bilbaina y por las que transitan cada día 180.00 vehículos, de los que, según esta investigación, unos 31.000 soportan los atascos diarios, lo que traducido a personas hablaríamos de unas 60.000, entre conductores y pasajeros de servicios públicos.
Una congestión que es imposible cuantificar en el cabreo que soportan esos miles de ciudadanos, aunque es fácilmente intuible. Pero este estudio sí que ha podido poner cifras a aspectos directamente relacionados como el tiempo que la gente pierde en estas retenciones o cómo eso se traduce en euros.
Cada usuario viene a perder unos ocho minutos diarios en estos atascos, lo que equivaldría a 34 horas al año, o por verlo de una manera más sangrante, la persona que sufre día a día esta congestión pasa en su automóvil, camión o en el asiento del autobús más de cuatro días de vacaciones al año. Eso sí, si hablamos de quienes soportan estos retrasos en hora punta, la que va de 8 a 9 de la mañana, entonces el tiempo perdido cada día se eleva a 13 minutos... o siete días de vacaciones al año.
El análisis radiografía esas demoras de tiempo según la vía de que se trate. En hora punta la N-637 se lleva la palma, pudiendo llegar a perderse en ella más de veinte minutos. También identifica las velocidades medias del tráfico en distintos tramos en un momento álgido como son las 8.15 de cualquier día. Desde el túnel de Malmasín hasta el enlace de la A-8 con la N-637, ésta no pasa de los 40 km/h. Otro tanto sucede en la zona de obras del corredor del Txorierri hasta el puente de Rontegi, o en el enlace de la N-631 con la N-637.
Pérdidas de 41 millones al año
Otro de los aspectos novedosos de la investigación se refiere al coste económico que suponen esas horas semanales `invertidas' en un atasco para entrar o salir de Bilbo. Los costes se estiman, según el RAC, en 314 euros anuales por usuario, es decir, 41 millones del año. Un gasto que incluye tanto ese tiempo perdido como el incremento en el consumo de combustible o de emisiones extras de CO2.
Un informe repleto de efectos negativos del que no se salva ni siquiera el recurrente transporte público y es que «el tiempo empleado por estos medios en algunos de los casos duplica o triplica al del vehículo privado».
Consecuencias, pero también propuestas son las que aporta este novedoso estudio, algunas de las cuales muy particulares. Son ocho las ideas sugeridas, entre la que se incluye la controvertida ``Supersur''. También proponen el acabado de las obras de acceso a la capital por San Mamés, el tercer carril en el corredor del Txorierri y la segregación de la BI-631. Igualmente sugiere ideas como la implantación de carril bus en la A-8, exclusivo para transporte público; el aumento de servicios especiales de bus, en conexión con polígonos industriales y centros como la UPV-EHU, Hospital de Galdakao,etc; el refuerzo de bus-express en conexión con localidades como Durango o Gernika; el aumento de la ocupación del vehículo privado con ideas como el uso del carril bus-vao en la A-8, también para turismos con un mínimo de tres personas; señalización variable en el tramo central de la A-8, la N-367 y el puente de Rontegi; construcción de un aéreo, para mejorar la conexión en transporte público de las dos márgenes de la ría (Leioa-Sestao); y, finalmente, la creación de 1.500 plazas de aparcamiento en puntos de conexión con terminales de transporte público. GARA