Fede de los Ríos
De tontos y otros animales
Yo, que me considero bastante tonto, cuando oigo hablar a Antonio Basagoiti, imagino ser Sócrates redivivo. ¿Y qué queréis? me siento mejorPareciera como si algunos se entronizasen en la llamada adolescencia, esa estúpida etapa inventada en el siglo XX por la que todo ser humano, según dicen, debe pasar. Hablan y dicen sin pararse a pensar acerca de lo hablado y de lo dicho. Y repiten idénticas o similares imbecilidades día tras día y año tras año, pues el tiempo y la experiencia que éste conlleva pasa por ellos sin dejar huella alguna. Son aquéllos de los que podemos decir que nacieron tontos, crecieron tontos y morirán tontos de una manera irremediable e inmisericorde. Acostumbran a ser sosos, muy sosos, sosísimos y no sólo no lo intuyen, sino que pareciera que se encuentran a sí mismos irremediablemente chistosos e incluso ocurrentes. A unos les dan pena, en otros causan espanto y en los más irritación al constatar, al menos a primera vista, que pertenecen a nuestra misma especie. Es como si un dios cabrón, omnipotente y malvado destinara un cupo determinado de tontos por sociedad, pueblo e, incluso, comunidad de vecinos. Que nadie carezca de su tonto particular en el entorno donde vive o trabaja. Tal parece ser el plan del demiurgo creador. Pero, ¡hostia!, ¿qué hemos hecho los vascos? o ¿qué hicieron nuestros ancestros?, sabido es que Jehová castiga hasta cuatro generaciones posteriores por el pecado del tatarabuelo, repito, ¿qué hicimos o hicieron para merecer semejante concentración de tontos en parlamentos, televisiones y centros de oración? ¿Tanta fue nuestra culpa que no merecemos la misericordia divina?
El presidente del PP del País vasco, Antonio Basagoiti afirma que Euskadi tendrá un problema menos si los etarras hacen una huelga de hambre hasta el final con Otegi el primero. El eterno adolescente de hablar joven confunde su persona con Euskadi, pelín megalómano nos ha salido Dumbo. El narcisismo es algo cultivado en los colegios del Opus Dei.
A mí, sin embargo, me complace sobremanera que la mamá de Antonio no hubiese abortado, porque de hacerlo, no sé si a Euskadi en general, pero sí que a mí en particular me habría privado, no de un problema, pues cuando no hay solución no hay problema, sino de un entretenimiento que le sube a uno la autoestima. Pues yo, que me considero bastante tonto, cuando le oigo hablar imagino ser Sócrates redivivo. ¿Y qué queréis? me siento mejor.
El que promete es José Ignacio Munilla, hombre admirado por Antonio y nuevo Obispo de Donostia, designado por el gran Rouco para desempeñar la función de pastor en jefe de la grey católica guipuzcoana. Si quieren pasar un rato agradable en los momentos de desesperación que la condición humana conlleva, entren en la página web personal de Munilla, enticonfio.org, y pulsen en el icono del bonito corazón rojo rodeado de espinas del que se desprenden unas gotitas de sangre, pasarán de la sonrisa a la carcajada leyendo sus cartas pastorales como las desternillantes «¡Vivan los síndrome de Down!», «El Hijo de Dios se hizo embrión», «Todas las religiones no son iguales» o «Manda el porro a la porra». Les prometo momentos inigualables difíciles de alcanzar con otro tipo de lecturas.