Para retomar de una vez por todas el vuelo, y empezar a respirar con cierta tranquilidad en esta categoría, el Real Unión debe empezar a puntuar a domicilio sea como sea. Y el Levante puede convertirse en el sparring ideal para que se produzca el comienzo de la revolución. Las buenas sensaciones que los de Iñaki Alonso ofrecen en casa desaparecen cuando los guipuzcoanos juegan en tierras ajenas. Las cinco derrotas consecutivas que acumulan lejos de su Irun son un fiel reflejo de lo que le sucede a la escuadra irundarra.

A pesar de los horribles datos que acumula en esa faceta, el Real Unión sigue estando a tres puntos de abandonar los puestos de descenso. Un triunfo ante el Levante valdría su peso en oro, mientras que una nueva derrota, si llegara aderezada con otros resultados adversos, podría resultar letal para los intereses de los guipuzcoanos.

La situación del cuadro valenciano no es mucho mejor. Y a pesar de contar con jugadores de mucha calidad, el Levante ha entrado en una espiral negativa que le ha llevado a no vencer en los últimos seis partidos y, en consecuencia, a descender varias posiciones en la general.

En lo que a jugadores se refiere, el propio técnico Iñaki Alonso ya ha confirmado que Otermin seguirá en la portería, a pesar de que Jauregi, titular las 16 primeras jornadas, se ha recuperado de una rotura de fibras, mientras que Maric, el delantero serbio fichado la semana pasada, tendrá que esperar sentado en el banquillo para debutar.