Maite SOROA | msoroa@gara.net
Dudas sobre Rubalcaba
Se entiende el entusiasmo de Rubalcaba por las últimas operaciones policiales, diseñadas a buen seguro antes del apocalíptico anuncio de diciembre. Sin embargo, no las tiene todas consigo. No, al menos, la confianza de determinados sectores de la derechona mediática. Ayer, en «Abc», el conspicuo César Alonso de los Ríos lo advertía.
Según el columnista «es posible que Alfredo Pérez Rubalcaba no conociera a fondo la naturaleza de ETA antes de acceder al Ministerio del Interior a pesar de haber pertenecido a diferentes gobiernos desde los tiempos de Felipe González. Es dudoso, sin embargo, que a causa de ello haya sufrido desgarramientos íntimos al pasar por experiencias tan distintas y contradictorias como haber justificado los atajos antidemocráticos de los GAL o el diálogo metódico con ETA para, ¡al fin!, terminar apostando por el único modo eficaz y legal de perseguir a ETA, esto es, la aplicación del Estado de Derecho y la utilización inteligente de las fuerzas policiales». Lo del GAL es interesante. ¿Por qué no le piden cárcel por «enaltecimiento»?
Luego empezaba la leña: «Nos alegramos de que Alfredo Pérez Rubalcaba haya llegado a descubrir la política antiterrorista correcta de forma tan tardía y tan costosa para nuestra sociedad. ¿Se podría medir su inmenso y persistente error de un modo concreto en personas sacrificadas, en terrores padecidos por miles de personas, en la fragilización del sistema mismo? Es posible, incluso, que la volubilidad de este Fouché de bolsillo haya sido debida en unos casos al oportunismo, en otros a su torpeza y casi siempre a las dos cosas». Malvado e inútil.
Las dudas corroen a César Alonso: «¿Con cuál de los Rubalcaba, tan diversos y tan radicalmente contradictorios, habría que quedarse? Personalmente no tengo dudas: el único válido es este tercero que ha terminado haciendo la política de Jaime Mayor. Con una reserva: el `popular' jamás habría caído en la desvergüenza de anunciar una acción terrorista espectacular cuyas claves conocía de antemano. Como sospechábamos. A la vista de este muestrario de Rubalcaba yo no apostaría porque la versión que ahora vivimos sea la definitiva. Creo que él sería capaz de representar cualquier otra con tal de obtener un resultado personal más gratificante. Creo que le quedan ganas de volver a sentarse a la mesa con Otegi y con testigos del corte de Oliart o Moscoso». Pues a ver si es verdad.