«Salbuespen egoerari stop! Baldintza demokratikoak orain!» fue el lema que portó la pancarta tras la que el sábado se manifestaron cientos de personas por las calles de Lekeitio, para denunciar el «estado de excepción» que vive Euskal Herria. La marcha, de carácter comarcal, se centró en la realidad «represiva» que padecen en la comarca de Lea-Artibai con decenas de vecinos imputados y en espera de juicios en el tribunal especial de Madrid.

«Detenciones, registros, tortura, persecución, juicios, sentencias, controles policiales, interrogatorios ilegales en el bosque, multas, cargas, palizas... Tenemos un sinfín de ejemplos que confirman que la comarca de Lea-Artibai vive un estado de excepción», afirmó la persona que tomó la palabra tras la multitudinaria movilización que el sábado por la tarde recorrió el municipio vizcaino costero. Y es que sólo haciendo un somero repaso del pasado año, el cómputo final se saldó con más de un centenar de personas identificadas por motivos políticos, casi una veintena de detenciones, brutales arremetidas policiales como en las fiestas patronales de setiembre, o, entre otros ejemplos, la imposición de elevadas condenas de prisión a jóvenes independentistas por su militancia política.

En un momento de la alocución, también se hizo referencia a la persecución de Interior de Lakua contra las fotografías de los presos políticos vascos, así como a sus allegados y familiares. Al respecto, además, recordaron que el Colectivo de Presos Políticos Vascos se encuentra inmersa en una dinámica de lucha, la cual apoyaron.

Respuesta como pueblo

Si bien repasaron los datos represivos de 2009, también recordaron que la resaca represiva se notará en 2010, con el inicio de nuevos juicios y macrosumarios, como Udalbiltza, donde también se encuentran vecinos de la comarca como imputados.

Por último, subrayaron que los estados cuentan con una maquinaría represiva dirigida contra todo un pueblo, y que, por consiguiente, la respuesta a las agresiones también tiene que ser del mismo modo. «Nuestras denuncias y reivindicaciones tienen que poner freno a los estados. Exigiendo las condiciones democráticas que necesitamos como pueblo», concluyeron.