La voluntad, la predisposición y la constancia son factores indispensables para alcanzar el éxito deportivo, pero Xala y Zubieta han probado en sus carnes, por segunda vez consecutiva en este Parejas, que muchas veces pueden no ser suficientes. El de Lekuine y el de Etxarri han protagonizado los dos partidos más duros de este campeonato -el de ayer se llevó la palma con 1112 pelotazos en casi dos horas de juego-, siempre han dado la cara, pero la falta de instinto a la hora de terminar los tantos ha hecho que las dos palizas que se han dado hayan tenido el nulo premio de las cero victorias que los condenan a ser colistas.

El esfuerzo fue bastante más rentable para Aimar Olaizola y Oier Mendizabal, que además de no rehuir al cuerpo a cuerpo propuesto por sus rivales, demostraron mucha más determinación, y los nueve tantos en juego y su mayor determinación convirtieron al de Goizueta en el contrapunto de Xala.

Desde el comienzo los tantos se alargaron en exceso y el miedo a fallar endureció el partido hasta las casi dos horas. Xala tuvo momentos brillantes, pero su intermitente juego debilitó las opciones de la pareja de Aspe. En la zaga Zubieta dominó pero no encontró correspondencia con un Xala que a veces se evadió del partido.

La igualdad imperó a lo largo del partido, pero al final, los tantos tenían mayor tendencia de caer del lado colorado. La pareja de Aspe siempre fue a remolque en el marcador y en los momentos en los que Xala logró entrar en juego con acierto, consiguieron, hasta en dos ocasiones, ponerse a un tanto.

No obstante, el lapurtarra dejó escapar esos trenes y al final la victoria cayó del lado de la dupla con más instinto.