CCOO de la Ertzantza ha hecho saber que los policías autonómicos quieren interponer denuncias por falso testimonio para que cada vez que se demuestre que las acusaciones de malos tratos son falsas, se actúe contra el denunciante. Que sepan que les apoyo. Totalmente. Porque si algo no se ha hecho nunca, ha sido demostrar que las acusaciones de tortura son falsas. Que por cierto, es cosa pero que bien rara que se esté incordiando tanto y tan desagradablemente a los buenos demócratas, denuncia falsa va, denuncia falsa viene, sin que éstos se mosqueen y decidan terminar con tanto mentiroso como anda suelto pidiendo una exhaustiva investigación ante cada denuncia. Debe de ser un ejercicio de tolerancia.

Volviendo a la Ertzantza, es de suponer que por «demostrar», entiende otra cosa. Negar evidencias, impedir que prosperen denuncias, dificultar investigaciones y repetir como un lorito lo del manual del etarra cautivo. Añade a sus peticiones que Lakua debe actuar de oficio «contra los detenidos de ETA y su entorno» (a la presunción de inocencia y otras tonterías democráticas no ha lugar), que realizan estas denuncias falsas. El problema, dicen, es que a ellos les salen estas denuncias por una pasta en abogados y procuradores. A los denunciantes por lo visto, no. Mano a mano, y no es que suponga ninguna sorpresa, CCOO y la Ertzantza cierran filas en el preciso momento además en que otro testimonio de torturas sale a la luz, y aportan no ya su granito de arena sino su paladita de cal, sobre esa sustancia pegajosa hecha de gritos y dolor, de insultos y humillaciones que con tanta facilidad se pega a los uniformes.