El Banco Central Europeo (BCE) reiteró ayer que los países de la zona del euro crecerán este año de forma «moderada» y «desigual». El pronóstico coincide con el mensaje de prudencia que ha venido lanzando el presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, quien ha avanzado que las economías de la zona euro crecerán este año, pero lo harán de forma modesta y «caótica».

Trichet ha advertido, asimismo, sobre la existencia de riesgos que amenazan la recuperación económica, aunque según ha precisado están «equilibrados» y afectan a las perspectivas económicas y evolución de los precios de las materias primas, así como al aumento de los impuestos indirectos.

En el boletín de enero del BCE, publicado ayer, esta entidad destaca que algunos elementos que explican la expansión económica que se detecta desde el pasado año son de carácter temporal y advierte por ello de que el «grado de incertidumbre sigue siendo alto».

En el tercer trimestre del pasado año, la tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) se situó en el 0,4%, gracias al giro detectado en el ciclo de existencias, la recuperación de las exportaciones y las medidas de estímulo económico.

Pero el BCE no descarta que el proceso de ajuste de los balances que está teniendo lugar en los sectores financieros y no financieros suponga un lastre para la actividad económica. Considera, asimismo, que «las bajas tasas de utilización de la capacidad productiva podrían frenar la inversión» y «es probable que el desempleo de la zona del euro sea ligeramente superior, traduciéndose en una reducción del crecimiento del consumo».

Por estos motivos, la autoridad monetaria valora que «es previsible que la economía de la zona del euro crezca sólo a un ritmo moderado en 2010 y que el proceso de recuperación sea irregular».

El BCE confirma también sus expectativas de una presión inflacionista baja a medio plazo y ancladas en el objetivo de la autoridad monetaria de mantener la inflación por debajo pero próximo al 2%. Destacó que el índice armonizado de precios anual evolucionó como estaba previsto en diciembre, para situarse en el 0,9%, tras el avance del 0,5% en noviembre. A corto plazo, las previsiones del BCE sitúan la inflación en torno al 1%.

Respecto al análisis del futuro monetario, el BCE constató que las tasas crecimiento anual del M3 y de los préstamos al sector privado fue negativo en noviembre, colocándose respectivamente en el -0,2 y el -0,7%.

La caída simultánea de las tasas de crecimiento históricamente bajas registradas por esas dos series durante los dos últimos meses avala, según el BCE, la valoración de que se ha producido una desaceleración del ritmo de la expansión monetaria subyacente y de las presiones inflacionistas a medio plazo son reducidas.