Aritz INTXUSTA I

El gaztetxe de Barañain vive horas críticas desde que el pasado día 8 el Pleno del Ayuntamiento decidiera echar a la Gazte Asanblada del local «por vía judicial». Convencidos de que los jóvenes «no van a entregar las llaves voluntariamente», UPN y PSN decididieron hacer valer sus 14 votos para adoptar esta drástica medida, sin importar que los ediles de NaBai e IU anunciaran su intención de llevar el caso a los tribunales si el equipo de Gobierno sigue empeñado en este «despropósito». A día de hoy, la orden de desalojo ya está dada, por lo que la irrupción de los antidisturbios en el local autogestionado puede ser inminente.

El ayuntamiento que comanda José Antonio Mendive (UPN) asestó este último golpe al movimiento popular en una reunión plenaria en la que, junto a sus socios de PSN, se hizo el sordo ante el recurso presentado por la Gazte Asanblada. El alcalde anunció, al término de la reunión extraordinaria, que el desalojo sería «en los próximos días».

La nula disposición al diálogo por parte de Mendive no es algo nuevo. La juventud le ha pedido insistentemente a lo largo de los últimos años una entrevista para negociar el futuro del Gaztetxe, pero todos los esfuerzos fueron en vano. Les ha recibido una sola vez, nada más llegar a la alcaldía en 2008 tras la moción de censura contra NaBai. En aquella ocasión el alcalde prometió sólo una cosa: que era la última vez que se reuniría con la Gazte Asanblada. Y lo ha cumplido.

Barañain tiene un gaztetxe desde hace más de 15 años. El primer local duró una década, hasta que en 2004 el entonces alcalde Iosu Senosian (PSN) expulsara del edificio por la fuerza a la Gazte Asanblada. Las cargas policiales recibieron una enorme respuesta por parte de la ciudadanía y los disturbios se alargaron durante días. Final- mente, el Ayuntamiento dio su brazo a torcer y se vio obligado a ceder a la Gazte Asanblada un pequeño local en la misma Plaza del Ayuntamiento para cinco años.

El pasado 5 de agosto este plazo se extinguió y Mendive y su equipo decidieron no renovarlo. Desde entonces, y hasta hoy, los diversos colectivos continúan, bajo una incertidumbre cada vez mayor, con su dinámica de actividades, sin posibilidad alguna de solución dialogada debido a la terca postura de un consistorio que no sólo se niega a escucharles, sino que los criminaliza.

Responsabilidades

En los debates realizados en el Ayuntamiento, Consuelo de Goñi, concejal de NaBai, se ha solidarizado con la Gazte Asanblada, que, según explicó, se encuentra «en una situación de total indefensión ante la acciones del Ayuntamiento». Otro concejal de NaBai de Barañain, José Ignacio López Zubikarai, ha ido un paso más lejos al acusar a Mendive de practicar «una cruzada irracional y enquistada contra este tipo se asociacionismo plural y activo». Afirma que las consecuencias e esta actuación «sólo seran responsabilidad» del equipo de Gobierno. NaBai e Izquierda Unida, que cuenta con un concejal en el Ayuntamiento, anunciaron su intención de llevar el caso ante el tribunal Administrativo de Navarra.

Por contra, el edil del PSN Ángel Arrondo, califica la situación que vive la Gazte Asanblada de «privilegiada» y, además, considera la actuación del Ayuntamiento como «exquisita». Arrondo aboga, como Mendive, por la política de mano dura.