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«Dentro de las cordilleras alpinas, los Pirineos no destacan por su sismicidad»

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Julia CUEVAS I Catedrática de geodinámica de la UPV-EHU
Catedrática de Geodinámica Interna en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV-EHU, reconoce que el riesgo sísmico cero no existe, pero igualmente matiza que la posibilidad de un terremoto de gran intensidad en suelo vasco es prácticamente inexistente.

Joseba VIVANCO |

¿En qué situación nos encontramos dentro de un mapa de riesgo sísmico?

En el mapa de peligrosidad sísmica elaborado por el Instituto Geográfico Nacional, para publicar las normas de construcción sismorresistente, nos encontramos en una zona de baja peligrosidad sísmica para un periodo de retorno de unos 500 años, con una intensidad de la sismicidad inferior a VI, excepto en la zona mas oriental del territorio, que pasaría por Deba, en la que tenemos una peligrosidad algo más elevada, equivalente a una intensidad de VI y similar a la de Navarra.

¿Qué papel juegan los Pirineos en el grado de riesgo que tenemos?

Desde el punto de vista geológico, formamos parte de la terminación occidental de la cordillera de los Pirineos. Si eso quiere decir si tenemos mas riesgo por formar parte de los Pirineos, en principio al ser una cordillera reciente, y cuyos materiales se siguen deformando, es verdad que tiene una sismicidad más elevada que la mayor parte de las cordilleras más antiguas, que se suelen haber estabilizado. Sin embargo, dentro de las cordilleras alpinas, los Pirineos no destacan por la frecuencia ni magnitud de sismos, frente a, por ejemplo, otras zonas de la Península Ibérica, como la Bahía de Cádiz, Granada, Almería o Murcia, ni, desde luego, si nos comparamos con otras zonas del mundo.

En esto de prever un temblor, digamos, intenso, aquí esas posibilidades son nulas...

Signos de baja intensidad se están produciendo de forma casi continua. Las probabilidades de que se produzca un sismo de intensidad elevada son enormemente bajas y las de una intensidad moderada, de magnitud superior a 6, tampoco se pueden considerar con carácter histórico; evidentemente, el riesgo cero no existe, ya que intervienen una serie de factores que son largos de enumerar.

En cualquier caso, nuestras construcciones resistirían sin problema magnitudes de 4 y 5 grados en la escala Richter...

En principio, las construcciones normales sí resisten. Se pueden producir grietas o roturas de algunos elementos. Eso sí, edificios que pudieran tener problemas importantes previos, de conservación, de cimentación, aluminosis, etcétera, podrían tener problemas de estabilidad, por encontrarse dañados previamente.

Es de suponer que la ciencia avanza y también lo hace en la detección de temblores. ¿Hasta qué punto se ha avanzado?

La detección de terremotos ha avanzado en el sentido de acotar los lugares en los que el riesgo es evidente. Quiero decir que podemos cuantificar aproximadamente el riesgo en los lugares geográficos y evaluar la probabilidad de que se produzca en un periodo de tiempo. Sin embargo, predecir el día, la hora y el lugar exacto donde se va a producir un sismo es imposible, y cuando se conoce un poco sobre esta cuestión se sabe que va a ser muy difícil avanzar en la predicción. Sí podemos avanzar con investigaciones científicas en prevención y en minimizar los efectos posteriores.

Incluso una alerta de ese tipo podría volverse en contra del propio aviso, por los problemas que pudiera ocasionar una evacuación...

En el caso de estar en una zona de riesgo elevado, la alerta puede ser importante. La alarma se combate con educación y entrenamiento. Si cada uno sabemos qué hacer y a donde ir y hacemos simulacros, la alarma y el descontrol disminuyen.

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