Antonio Alvarez-Solís I periodista
Regreso al 1959
He leído una serie de cosas en torno al propósito del actual lehendakari de formar en su Casa Blanca un presuntamente potente comité asesor en materia económica. Entre los elegidos está el Sr. Imaz, que aconsejará al Sr. López para sacar a Euskadi adelante. Por ahora no sé más, pero del resto de la noticia, filtrada con un obvio propósito de medir la reacción ciudadana, me retrocede la memoria al año 1959, en que mediante una previa y arriesgada intervención del general Camilo Alonso Vega ante el Genocida logró que el Opus impusiera un Plan Nacional de Estabilización Económica con figuras como Alberto Ullastres y Mariano Navarro Rubio, entre otros ministros que no hace al caso recordar. Franco presidió este Gobierno en la seguridad, actualmente también válida, de que la profunda crisis económica española era una cuestión de mejorar técnicas y sistemas sin tocar ni un milímetro la estructura política y moral de España. Igual que ahora en Euskadi. Así aparecieron los tecnócratas sobre la piel española, con los selectivos beneficios de todos conocidos. Los planes de desarrollo se vinieron abajo -el primero fue promulgado un día de los Santos Inocentes- y de ellos quedó a flote el maderamen de la vieja España, que no ha permitido jamás modernidad alguna, ya que la modernidad económica es de origen político y no se arregla con paños calientes que siempre se hierven en el sufrido caldero popular. Salvo Felipe González, que afirma que no ha habido recesión alguna, el mundo está conociendo el fracaso humano y social de los intentos de dar al desastre una solución técnica. Supongo, además, que el Sr. López no actuará al margen de Madrid. Para eso se necesita una Euskadi libre. Pero de todo ello y de su precio haremos reflexión más dilatada dentro de algunos días.