segunda b I El Alavés no logra un triunfo en Mendizorrotza desde el 8 de noviembre
Las opciones alavesistas se marchitan punto a punto
Si el empate ante el Lemona fue acogido como negativo, el punto logrado ayer adquirió un regusto, incluso, amargo. Raúl Llorente sufrió un fuerte lumbago al inicio del partido, aunque no se sabe la gravedad exacta.
Koldo AKORDARREMENTERIA I
Era el día perfecto para pulsar «reset» y reiniciar todo el sistema operaivo de un Alavés necesitado de un golpe de efecto. El 89 aniversario de la fundación del club venía acompañado de la visita de un equipo de media tabla. Nadie lo disimulaba ya, y la victoria era la única alternativa que se barajaba en el seno del club alavesista. Pero volvió a pasar lo mismo. Lo de siempre. Mendizorrotza ha diseñado ya una tétrica plantilla que se aplica en todos los encuentros de una manera casi sistemática. Ya se sufrió contra el Mirandés, o con el Lemona, y ayer sucedió contra Osasuna Promesas. El Alavés se adelantó hasta en dos ocasiones, pero presa de su inoperancia en tarea colectiva, vio cómo el rival lograba empatar en dos oportunidades. La impotencia es más que notoria, aunque ya no hubo ni pitos. Triste señal de que la grada lo aceptó con mucha resignación.
La necesidad hizo que el Alavés se lanzara en tromba a por el partido. La medular alavesista seguía sin construir juego, pero al menos, los balones depejados desde la zaga eran cazados por Igor Martínez y Joseba Arriaga, llevando mucho peligro al área rojilla. Nada de eso sirvió, ya que el filial osasunista logró adelantarse en el marcador ante la impotencia de la grada por mediación de Vega. Sin bajar los brazos y tras una preciosa carrera, en el mismo minuto, Joseba Arriaga lograba el empate, que dejaba el marcador con un tenso 1-1. Aún esperaban las emociones más fuertes.
Volvió a suceder
El caos y la anarquía se hicieron con el poder del partido en el segundo tiempo. Así, en el minuto 68 Castells remataba a las mallas una falta botada a la perfección por Dani Bouzas, adelantando a los babazorros. Era el momento de demostrar lo aprendido, y de obsequiar a la grada con minutos tranquilos. Pero 2 minutos más tarde, y tras una jugada bien enlazada por Osasuna, Richi remataba a gol un preciso centro de Palacios.
La desesperación inundó la grada. Todo parecía perdido, hasta que en el 76, Óscar Rico, con una perfecta jugada individual lograba adelantar de nuevo al conjunto albiazul. «Esta vez sí», exclamaba la grada. Los cronistas empezaban a cerrar poco a poco sus «cuentos», la afición cantaba el himno a coro... pero la pesadilla volvió, y esta vez para quedarse. Vega ganó de nuevo la espalda a los defensas, y con disparo raso batía a Pagola.
«Ha sido una pena. Hemos remontado y nos han vuelto a igualar. Era el día perfecto para dejar a un lado la dinámica negativa, pero nada. Cuando hemos hecho lo mas dificil, nos han empatado». La expresion de Javi Pereira lo decía todo. Entre la amargura y la desesperación, el técnico babazorro también quiso ver algún brillo de esperanza en el horizonte: «Yo soy positivo, y me quedo con la reacción de mi equipo. Ellos lo han dado todo, y no les puedo pedir más. Soy el entrenador, y tengo que estar fuerte en estos momentos. Estamos unidos», sentenció tras las preguntas sobre su difícil situación en el club. K.A.