Colombo recurre la candidatura de su principal rival al cierre de las urnas
Sri Lanka votó ayer para elegir presidente tras una campaña marcada por la violencia que se convirtió en una especie de duelo entre el actual mandatario, Mahinda Rajapaksa, y el general Sarath Fonseka, cuya legitimidad como candidato fue recurrida a última hora por el Gobierno.GARA |
Después de más de 25 años de guerra civil, millones de personas votaron ayer en Sri Lanka en la primera elección presidencial desde la derrota militar de la guerrilla de los Tigres para la Liberación de Tamil Eelam (LTTE). Dos eran los principales contendientes entre los 22 candidatos, el actual presidente, Mahinda Rajapaksa, y ex jefe de la Fuerzas Armadas, el general Sarath Fonseka, quien, paradójicamente, no pudo votar al no estar inscrito en el censo electoral.
Los resultados deberán conocerse hoy, pero la batalla electoral amenaza con seguir en el frente judicial después de que el Gobierno decidiera recurrir la legitimidad de Fonseka como candidato. El general explicó a AFP que no pudo votar al no figurar su nombre en el padrón electoral, pese a que se había registrado en 2008, pero dijo que no hay impedimentos jurídicos para que no pueda ser candidato. La Comisión Electoral avaló su legitimidad.
Rivales acérrimos
Rajapaksa y Fonseka, artífices de la victoria militar contra los Tigres tamiles, se disputaron en una tensa campaña los votos de 14,8 millones de personas inscritas en el padrón electoral. Sin sondeos fiables en el país, resultaba difícil afirmar quién podría resultar ganador dada la poca diferencia entre ambos.
Fonseka, que ahora acusa al Gobierno de corrupción, lideró al Ejército en su ofensiva militar contra los Tigres tamiles el año pasado y era un aliado cercano del presidente, pero ambos se volvieron rivales acérrimos cuando el general reclamó el crédito por la derrota tamil y decidió competir por la Presidencia.
Mahinda Rajapaksa, un duro nacionalista de la mayoría cingalesa, convocó las elecciones dos años antes del término de su mandato para aprovechar la ola de apoyo que recibió después de la victoria sobre el LTTE.
La situación parece haber dado un curioso giro. La minoría tamil podría ser finalmente árbitro de esta elección, si los votos de la mayoría cingalesa se reparten equitativamente entre los dos candidatos, sobre los que planean las acusaciones de crímenes de guerra y de violaciones de los derechos humanos en la ofensiva final contra el LTTE.
Durante la campaña ocurrieron incidentes violentos , pero la jornada transcurrió, en general, sin incidentes, aunque se produjeron varias explosiones en la península de Jaffna y Vavuniyya, un pueblo cercano a los campamentos controlados por el Ejército donde están recluidos decenas de miles de tamiles.
Fonseka acusó ayer al Gobierno de tratar de manipular los resultados y señaló que el Ejército, la televisión estatal y la Policía se preparaban para dar un golpe de Estado con el fin de mantener a Rajapaksa en el poder.