El veto unionista pone en peligro una vez más la estabilidad en el norte de Irlanda
La crisis del Ejecutivo norirlandés ha puesto en peligro la estabilidad de los acuerdos de paz, si bien las posturas de sus socios no se pueden situar en un mismo plano. Sería de una gran irresponsabilidad permitir que dichos acuerdos sucumbieran a la toma de posiciones ante unas elecciones que en el caso de que Sinn Féin abandonase el Gobierno deberían convocarse inmediatamente, lo que no sería la mejor posibilidad para los unionistas del DUP. Éstos están inmersos en una crisis en torno al primer ministro, si bien la posibilidad de un acuerdo electoral con David Trimble podría ser algo más que un mero rumor y probalemente no lo mejor para la estabilidad en Irlanda.
Cabe recordar que las competencias de Justicia y Policía que Sinn Féin reclama debían haber sido transferidas en mayo de 2008, según el Acuerdo de Saint Andrews. De ahí su postura de abandonar el Ejecutivo si no son transferidas ya. El DUP bloquea dicho traspaso condicionándolo a la retirada de la Comisión de Marchas, de modo que su veto, que tradicionalmente viene dificultando cualquier avance, se revela una vez más como un arma tal vez eficaz para sus objetivos, pero escasamente democrática.