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PRESOS POLÍTICOS VASCOS

«La directora de la cárcel le ha dicho que no va a mover ni una coma de su proceder»

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XABIER GUIIMON
Padre de la presa política Lorentxa Guimon
 
A pesar de la angustia que la situación de Lorentxa Guimon provoca en la familia, que cumple hoy veintiocho días en huelga de hambre, su padre, Xabier Guimon afirma con entereza que «no pueden ir contra la voluntad» de su hija. La dirección de la cárcel de Roanne sigue en sus trece, y Lorentxa «determinada» en su protesta.

Arantxa MANTEROLA |

No entiende las razones por las que la directora de la cárcel de Roanne actúa con tanta severidad hacía su hija, sobre todo en lo que respecta a los permisos de visita, cuya atribución es ahora de su competencia. Desconoce «si es una actitud personal o si sigue instrucciones específicas», pero Lorentxa Guimon, presa política angeluarra de 40 años, lleva ya casi un mes en huelga de hambre a 700 kilómetros de casa.

¿Cuánto tiempo lleva presa su hija ?

Desde enero de 2003. Acaban de cumplirse siete años de los cuáles casi seis y medio los ha pasado en cárceles para presos preventivos, ya que hasta el año pasado no terminaron los procesos judiciales contra ella.

Es decir, que ha tenido varios juicios...

Sí, tres. Tiene una condena de diecisiete años y desde junio se encuentra en el centro de cumplimiento de Roanne, cerca de Lyon.

El 2 de enero inició la huelga de hambre. ¿Qué la empujó a tomar una decisión tan drástica?

Principalmente, el aislamiento político al que ha sido sometida. Lorentxa es la única presa política vasca en esa cárcel. De hecho, es la primera porque es una cárcel nueva (se inauguró hace un año). En segundo lugar, para pedir que su marido, que se encuentra preso en Lannemezan, y ella sean trasladados a un mismo centro penitenciario para que puedan verse y también para que puedan mantener visitas de convivencia con la hija de ambos, de siete años. Y en tercer lugar, para exigir que le restituyan los permisos de visita que le fueron suspendidos cuando la trasladaron a Roanne.

¿Le retiraron los permisos?

Hay que aclarar que a partir de que un preso tiene ya condena firme, es la dirección de la cárcel quien gestiona estos permisos de visita. Cuando llegó a Roanne la directora suprimió todos salvo los de la familia muy directa. Sólo podemos verle los padres y sus dos hermanos y, por supuesto, su hija.

¿En qué basan esas restricciones? ¿Han comunicado alguna vez las razones por las que han retirado los permisos de visita?

Los términos exactos por los que se les deniegan las visitas son «como resultado de una investigación de moralidad prefectoral que le es desfavorable». Es decir, que supuestamente ha habido unas indagaciones sobre las personas que han solicitado el permiso y, por lo visto, no tienen una «moralidad adecuada» para poder visitar a mi hija. Se puede interponer recurso administrativo contra esta decisión, pero la resolución suele tardar meses en llegar.

¿Y la directora de la cárcel le ha notificado algo a Lorentxa?

Hoy [por el jueves] ha sucedido algo particular: por primera vez ha sido recibida por la directora. Nos lo ha comunicado telefónicamente, ya que al estar en régimen de cumplimiento puede realizar llamadas telefónicas. Desde que llegó a esa cárcel nunca había tenido ningún contacto con ella. Siempre le ha denegado todas las peticiones. La directora le ha preguntado dónde quería ser trasladada, a lo que Lorentxa ha respondido que ella nunca ha propuesto ninguna cárcel, que tampoco pidió que se le llevara a Roanne. En cuanto al acercamiento con su marido, de momento no parece que vaya a darse. La directora le ha comunicado que le han retirado el grado DPS (Détenu Particulièrement Surveillé-preso particularmente vigilado) que tenía hasta ahora, pero para que pudiera estar en la misma cárcel que su marido haría falta que también se lo levantaran a él. Claro, como eso no depende de la directora de Roanne, pues no cambia nada. Y sobre el tema de las visitas, le ha dicho que estaba en su derecho de proceder así y que no va a mover ninguna coma.

En resumen. ¿Qué ha sacado en claro de ese contacto?

Pues que sigue con la huelga de hambre. Le han mareado para nada y ella sigue adelante.

¿Qué tal se encuentra?

Cansada. Ha perdido ya cerca de 10 kilos y, además, padece la enfermedad de Crohn, una enfermedad crónica del aparato digestivo. Sigue un tratamiento específico que el gastroenterólogo tenía previsto cambiar por uno que se ha empezado a aplicar recientemente, pero en la situación actual no puede ser. Por lo demás, la llevan a la enfermería y el seguimiento que le hacen es pesarla y tomarle la tensión. De todos modos, la directora le ha dicho que si sigue en huelga de hambre, seguramente la hospitalizarán. Es probable que la lleven a Lyon, donde hay un hospital penitenciario.

En su familia conocen la cárcel de cerca porque varios miembros han estado presos. ¿Cómo llevan la situación en la que ahora se encuentra Lorentxa?

Nos da mucha pena pero no podemos ir en contra de su voluntad. Ella está muy determinada, pero eso no te quita la preocupación.

¿Cómo valora la solidaridad en general hacia el colectivo de presos que se encuentra en lucha y, en particular, hacia Lorentxa?

Es muy importante, porque hace que se conozca la situación de las cárceles. La prensa local y también la de la región de Saint-Etienne, Lyon, están informando sobre su caso. Por ejemplo, un gran diario de allí -Le Progrès de Lyon- ha publicado ya varios artículos. Este fin de semana habrá una manifestación ante la cárcel de Roanne a la que sabemos que, además de ciudadanos de Euskal Herria, asistirán también militantes de izquierda de Saint-Etienne.

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