CRÓNICA | La opinión de Lakua
Aguirre cree que la decisión «ajusta» ingresos y gastos
Tratar las pensiones como una operación matemática de sumas y restas nos conduce, bajo los parámetros actuales, a la conclusión de que no hay dinero para cubrirlas en el futuro. Tampoco había para reducir el hambre; y un año y medio después afloró sin límite para apoyar a los bancos.
Juanjo BASTERRA
El consejero de Economía y Hacienda del Ejecutivo de Lakua, Carlos Aguirre, justificó ayer el recorte de las pensiones que José Luis Rodríguez Zapatero ha propuesto mediante la ampliación de la edad para la jubilación de 65 a 67 años como «un ajuste de ingresos y gastos para el futuro». No hay más alternativa: se suma y se resta, y si no sale, se recorta, qué más da, total algunos tendrán garantizadas las pensiones de por vida. Estas declaraciones las realizó el consejero del Gobierno de Patxi López en una sesión de «Los viernes de la cámara», que organiza la Cámara de Comercio de Bilbo.
Aguirre no quiso desvelar por dónde están modificando la ley de entidades de previsión social voluntaria (EPSV), pero quienes están al tanto de la misma recordaron que el Gobierno autonómico baraja un modelo que se parece más a los fondos privados de pensiones, y así se elimina la singularidad de las EPSV, como modelo complementario de las cada vez más bajas pensiones públicas. Y, sobre todo, que su centro de decisión se traslada a Madrid. La respuesta llegará a final de año, aunque el debate se espera antes.
El consejero de Economía y Hacienda vendió «pajaritos y flores», según decía un empresario al término del encuentro, a pesar de que estuvo en sintonía con los planteamientos de la patronal. Reclamó flexibilidad en el mercado laboral, recordó que el Gobierno de Lakua aportará ayudas económicas a los empresarios para el impulso de la innovación y apuntó algo muy importante, como que, aunque sabe perfectamente el elevado diferencial que existe en presión fiscal de la CAV -que está por debajo del 30%- con los países nórdicos, que superan el del 48% o el 42% en el Estado francés, no elevará los impuestos a los empresarios. Así, no hay dinero y, de hecho, anunció que los compromisos en prestaciones sociales y sanitarios se resentirán.
Como dijo, el PIB y el empleo han caminado desde mediados de los años noventa en sendas paralelas. «Ha crecido más el PIB que el empleo, pero es normal, porque las empresas deben ganar», precisó. Sin embargo, reconoció que «la recaudación va como le da la gana». A mayor crecimiento económico, la recaudación no ha seguido una senda de incremento. La razón, aunque no la dijo, está en que a los empresarios y a la élite económica se les redujeron los impuestos, y defraudan más.