GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

Juicio por el acto por Joxe Mari Sagardui «Gatza»

Otegi reitera la vía «democrática» y constata que «no puede ser rebatida»

El juicio por el acto por Joxe Mari Sagardui ha terminado convertido en todo un combate dialéctico. Tras la refriega del miércoles, Arnaldo Otegi tenía ayer la última palabra, y la aprovechó para reiterar la apuesta «política y democrática» de la izquierda abertzale tras la «cortina de humo» tendida por la jueza Murillo.

p004_f01.jpg

Ramón SOLA | MADRID

El juicio contra Arnaldo Otegi, Itziar Galardi y Josune Irakulis por el acto en demanda de la libertad de Joxe Mari Sagardui, Gatza, ha terminado convertido en algo muy diferente a una vista penal al uso. Tribunal, acusaciones y medios han tratado de usar la vista para descalificar las actuales posiciones de la izquierda abertzale, que tienen a Otegi como referente claro pese a hallarse en prisión. Y éste, por su parte, ha aprovechado la ocasión para explicar qué es lo que proponen. En suma, un debate político con mucha miga en un escenario tan poco adecuado como un tribunal especial y con un evidente desequilibrio de fuerzas.

El tribunal dictará sentencia, pero ayer Otegi tenía el derecho a decir la última palabra. Y lo usó para reiterar conceptos que ya utilizó en su declaración como acusado el miércoles, pero que apenas llegaron a la opinión pública española tras la estrambótica intervención final de la jueza Ángela Murillo.

En otro esfuerzo didáctico, Arnaldo Otegi resumió su mensaje en sólo un par de minutos, pero con mucho énfasis: «Mi vocación, mi propuesta, mi intención y la de la izquierda abertzale son hacer una apuesta única y exclusivamente por las vías políticas y democráticas», recalcó. Repitió luego estos dos últimos conceptos, para que no hubiera margen a sembrar dudas. Esta vez Murillo no intervino.

El líder independentista admitió al inicio que tomaba la palabra de nuevo al constatar que la intervención de la presidenta del tribunal el miércoles ha sido empleada como «cortina de humo», y concluyó que «esto sólo refleja falta de voluntad política». Citó como ejemplos los «ríos de tinta» que han corrido sobre la famosa pregunta de la magistrada. Arnaldo Otegi resaltó que se quisieron ocultar así las posiciones políticas expresadas en la sala de vistas. Y constató, por tanto, que «nuestras propuestas no pueden ser rebatidas en términos políticos. No se puede decir que sean descabelladas o que no tengan encaje en el ámbito internacional». Por eso cree que se desvió el debate, intencionamente, hacia la manida cuestión de la condena o no de ETA.

Es más, para Otegi todo este juicio y otros similares no constituyen más que un intento de «asociar nuestra propuesta a `los muertos', como ha dicho el abogado del Foro Ermua. Por una sencilla razón: porque no pueden ser rebatidas en términos políticos», reiteró.

«¿Le absolverían acaso?»

De hecho, la famosa pregunta que la jueza trasladó tanto a Otegi como a Itziar Galardi fue utilizada ayer por varias acusaciones como un nuevo indicio delictivo contra los acusados, aunque la cuestión de la condena o no a ETA evidentemente no tenga nada que ver con el acto de julio de 2005 que se juzgaba.

Así, la fiscal, Blanca Rodríguez, tampoco perdió la ocasión de salirse del ámbito penal y entrar en el político. Resaltó que, al no contestar a la jueza, Otegi ha mostrado que «es una falacia que siga reivindicando nada, es sólo una apariencia. La pregunta era un momento oportuno y dio la callada por respuesta. Aunque el silencio no pueda usarse en su contra -concedió-, sí que es algo interpretable. Y el que calla, otorga». Jone Goirizelaia, abogada de Otegi, preguntó luego en voz alta a ver si entonces no condenar los maltratos en comisaría es interpretable como un apoyo a la tortura.

Pero, sobre todo, Goirizelaia puso el dedo en la llaga al dirigirse al tribunal. Tras cuestionar su imparcialidad, preguntó directamente a Murillo si es que acaso pensaba dictar sentencia absolutoria para los acusados por el caso del acto de Zornotza de 2005 en caso de que hubieran condenado a ETA. Murillo no movió un solo músculo.

El abogado del Foro Ermua, Fernando García Capelo, también se empleó a fondo para intentar descalificar a Otegi y su discurso. Lo tildó también de «falacia» y fue más allá. En su opinión, proponer un proceso democrático y apostar por vías pacíficas «profundiza en el carácter enaltecedor» de ETA, ya que «su discurso ahora es ése, una vez que ha abandonado la idea de derrotar al Estado». Goirizelaia tampoco se quedó callada ante tales afirmaciones, y acusó al Foro Ermua de no querer que se avance hacia una solución al conflicto, «porque entonces su trabajo se acaba».

La discusión política, como se ve, engulló completamente a la jurídica. Algo lógico si se tiene en cuenta que la acusación por «enaltecimiento» llegó hasta la fase de juicio sin que las acusaciones supieran siquiera qué es lo que se había dicho en el acto de Zornotza, dado que se realizó íntegramente en euskara. Tres traductores consiguieron ayer pasar al castellano las intervenciones grabadas en televisión, y así se apreció, de paso, que no se dijo nada punible.

DyJ «descubre» como prueba que en Zornotza se citó a Jon Idigoras

La «perla» de ayer la puso la abogada de Dignidad y Justicia, que pide hasta cinco años de cárcel para los tres ciudadanos vascos juzgados (la Fiscalía, por contra, reclama dieciocho meses para Otegi y Galardi). En su empeño de mostrar que en este caso hay «abundante prueba», la letrada explicó a la sala que «aun cuando no sé ni una palabra de vasco, en el vídeo yo oí con claridad las palabras `Jon Idigoras'». Acusados y abogados se cruzaron miradas de estupor ante tal «descubrimiento», pero la abogada estaba lanzada: «No hace falta explicar qué es Jon Idigoras -ilustró a los presentes-: la voz de Herri Batasuna en los años 80. Pues resulta que en ese acto hay referencias a Jon Idigoras, y ésa es una prueba más de la ilegalidad del homenaje», añadió.

Goirizelaia no sabía si tomárselo en serio o en broma, así que primero planteó a la abogada qué diferencia hay entre citar a Jon Idigoras o, por ejemplo, «a Madonna». Luego se armó de paciencia y explicó cosas que en Euskal Herria todo el mundo sabe, como que Idigoras era de Zornotza, al igual que Gatza, por lo que no tiene nada de extraño que se le citara en su pueblo. También le recordó que «nunca fue condenado», algo que debió desconcertar a la representante de Dignidad y Justicia. Y, en fin, que al menos hasta hoy en el Código Penal español no hay ningún artículo que prohíba citar a Jon Idigoras.

R.S.

Guardia Civil y Policía española detienen a Etxaburu y Enparantza

Agentes de paisano de la Guardia Civil procedieron ayer por la tarde, en torno a las 15.00, a la detención en Ondarroa de Estanis Etxaburu, también procesado en la causa por el acto de Gatza. Pocos minutos después se conoció que policías españoles hicieron otro tanto en Donostia, arrestando al abogado Jon Enparantza.

Tanto Estanis Etxaburu como Jon Enparantza, procesados en la causa que se ha juzgado estos días en el tribunal especial, ya anunciaron en rueda de prensa, el pasado martes, en Hernani, que no acudirían al juicio que presidió la jueza Ángela Murillo en su contra. El miércoles, inmediatamente después de arrancar el juicio, la magistrada dictó una orden de búsqueda y captura contra ambos. Sin embargo, no ha sido hasta dos días después de emitir el mandato, cuando los dos ciudadanos vascos han sido detenidos. Se prevé que ambos sean enviados directamente a la Audiencia Nacional.

Por su parte, la izquierda abertzale emitió ayer una nota de prensa en la que denunció que el desarrollo del juicio «viene a demostrar una vez más que en el Estado español no hay democracia ni justicia para los y las vascas». Sobre la actitud de la jueza Murillo, entienden que demuestra que «la sentencia está escrita de antemano». Por último, reiteraron su compromiso por un proceso democrático. GARA

Tapia (JpD) cuestiona las formas de la magistrada Ángela Murillo

El juez de la Audiencia Provincial de Araba y asociado a Jueces para la Democracia (JpD), Jaime Tapia, consideró ayer que en el juicio desarrollado en el tribunal especial de Madrid «las expresiones utilizadas y los gestos -de la jueza-, no parece que se ajusten a ese respeto» y apuntó que «está dentro de las posibilidades del acusado formular la queja oportuna».

«Probablemente, tiene razón en que no son las actuaciones convenientes y adecuadas, pero, desde otra perspectiva, también están dentro de ese marco de actuación, más o menos laxo, igual a veces, demasiado laxo, que se permite a un presidente de Sala a la hora de dirigir un juicio», concluyó.

Tapia defendió que cualquier procesado «merece todo el respeto porque, con independencia del criterio personal que uno tenga sobre la persona que se sienta, hay un derecho, que es el de la presunción de inocencia, que te exige realmente tratarle con el respeto necesario».

GARA

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo