Escepticismo de los expertos ante el plan de «reconciliación» para Afganistán
GARA |
La comunidad internacional apoya el plan de «reconciliación» con los talibán del presidente afgano, Hamid Karzai, pero el aumento y la expansión de su insurrección en los últimos años deja pocas esperanzas a esta estrategia, según los expertos.
Karzai consiguió el jueves el apoyo de unos 70 países que participaron en Londres en una conferencia sobre el futuro del país para su estrategia de «la mano tendida» a los combatientes arrepentidos, apostando por que algunos guerrilleros entregarán sus armas a cambio de dinero y trabajo. En lo que respecta a sus jefes, Karzai repitió que estaba dispuesto a integrarlos en las instancias gubernamentales si renuncian a la violencia, a sus relaciones con Al-Qaeda, reconocen la Constitución y participaban en las elecciones.
En un nuevo comunicado difundido el jueves, el consejo supremo de los talibán reiteró que no tenía intención de negociar sin la salida previa de unos 113.000 soldados de las fuerzas internacionales del país.
Trabas al reclutamiento
Aunque la estrategia de Karzai pretende seducir a los combatientes de base, «nuestros hermanos desilusionados», como los llama, privando así de tropas a la resistencia, las autoridades afganas y los expertos consideran que es una tarea difícil.
«Se ignora cuántos de ellos desertarán verdaderamente de las filas talibán para unirse al proceso de paz, y cuántos volverán luego a las filas rebeldes», explicó a AFP el diputado Ahmad Behzad, experto en cuestiones de seguridad.
Nasrullah Stanikzai, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Kabul, duda de la posibilidad de lograr que los rebeldes integren masivamente el proceso de paz sin un desarrollo económico duradero.
«El principal problema es el nivel elevado de desempleo, que ofrece hermosas oportunidades de reclutamiento a los talibán», dijo. «No obstante, si los afganos que no tienen trabajo -sean o no talibán- se benefician de ese proceso y encuentran oportunidades de empleo, eso debilitará la maquinaria de reclutamiento de los insurgentes», afirmó Stanikzai.
Sin embargo, el principal obstáculo es la motivación de los talibán, fortalecida por la expansión geográfica de sus combates y su convicción de que están ganando la guerra.
Las pérdidas en las filas de las tropas ocupantes marcan todos los años récords desde que comenzó la guerra hace ocho años, mientras los talibán llevan ataques audaces en forma cada vez más frecuente en pleno corazón de Kabul.
EEUU decidió en diciembre enviar más soldados para «invertir» el curso de la guerra. Según sus jefes militares, sólo a ese precio los talibán más radicales serán convencidos de que la única salida es la negociación.
«Los talibán saben que no pueden ser derrotados y EEUU debe comprender que una victoria total es imposible», resumió Rahimullah Yusufzai, un experto paquistaní en Al-Qaeda y en el movimiento talibán.
Ayer, un comando talibán tomó un edificio próximo a la base militar de Sharwali, en Kandahar, que fue recuperado por tropas afganas y de la ISAF tras ocho horas de combates.