Decía Martín Lasarte el jueves que los golpes, a veces, pueden llegar a venir bien. La Real lo recibió el pasado domingo, cuando menos lo esperaba, y hoy le toca responder.

El equipo txuriurdin ya ha demostrado a lo largo de la temporada que no es de los que se vienen abajo cuando las cosas no salen según sus deseos. Una virtud imprescindible en un candidato al ascenso, que no puede permitirse convertir los tropiezos en rachas y que debe responder a los sopapos sin nervios, pero con rabia.

La víctima propiciatoria de la reacción donostiarra debe ser un Las Palmas que llega a Anoeta con piel de cordero. Porque la temporada no le está yendo especialmente bien -aunque ha saldado con victoria sus dos últimos desplazamientos- pero, sobre todo, porque la Real se muestra intratable en su estadio, al menos hasta esa última campanada del Elche.

La de hoy parece una tarde especialmente apropiada para seguir currándose la fama de fortín de Anoeta, sobre todo teniendo en cuenta que los acompañantes de la Real en puestos de ascenso tienen envites, sobre el papel, asequibles.

Regresos y novedades

Martín Lasarte afrontará el choque con alguna novedad significativa en el once. La principal pasa por la presencia, salvo sorpresa, de Eñaut Zubikarai en la portería, por mor de la sanción de Claudio Bravo, que también se traducirá en el regreso a la convocatoria de Xabi Prieto, dos meses después de que fuera titular en Albacete.

Una lista a la que también regresa, aunque sea entre algodones, Mikel Labaka y en la que se estrena Franck Songo'o. El técnico uruguayo ya reconoció anteayer que le gustaría contar con su nueva adquisición, al que ve bien físicamente, y no sería de extrañar que disputase sus primeros minutos con la elástica albiazul, aunque de inicio partirá en el banquillo.