Bobadas alpinas
Permanecer vivos
Kike DE PABLO | Alpinista
Por motivos de seguridad se requiere que sigan total y continuamente asustados. Esa podría ser la consigna que organismos y autoridades de toda especie les encantaría lanzar a la población concernida.
Parece que existe una auténtica querencia para protegernos de nosotros mismos, y es que un exceso de libertad por nuestra parte no puede más que redundar en nuestro perjuicio. Así se está abriendo una cascada de procesos judiciales en Suiza y Francia contra esquiadores fuera-pista por haber provocado aludes que han resultado en algunos casos con daños a terceros y en otros no.
En el caso de Val-Thorens, donde un alud provocado por un grupo ha supuesto la muerte de otro esquiador, el fiscal de Albertville declara que «morir en montaña no es una fatalidad» y que está «sorprendido que haya profesionales que puedan arriesgarse a conducir gente allá donde hay peligro» (el grupo que provocó el alud iba acompañado de un guía). Declara que va a seguir este caso hasta el final y se van a pedir responsabilidades.
Bien, resulta incuestionable que se cometen todo tipo de imprudencias, pero no puede uno menos que retraerse, como molusco en concha, ante un fiscal pidiendo en juicio responsabilidades por la asunción de riesgo en montaña.
Y es que, citando a Hipócrates, como hacen en el libro “Staying Alive in Avalanche Terrain”, de editorial The Mountaineers, «la vida es corta, el arte largo, las oportunidades efímeras, la experiencia traicionera, el juicio difícil».