Cientos de ondarroarras arropan a los encarcelados en Soto del Real
Mientras que Urtza Alkorta y Zunbeltz Bedialauneta continúan detenidos e incomunicados en manos de la Policía autonómica, los cinco encarcelados el sábado en la prisión de Soto del Real continúan incomunicados. Sin embargo, se ha sabido que uno de ellos fue trasladado por dos veces a un centro hospitalario durante el periodo de detención, y que, además, habría denunciado haber sido objeto de golpes y malos tratos por parte de la Ertzaintza.
GARA
En menos de una semana, seis vecinos de Ondarroa han sido detenidos y encarcelados. Como durante toda la semana, ayer, en el municipio vizcaino, la denuncia contra la represión y la tortura y las muestras de apoyo a sus convecinos ahora presos se repitieron. Cientos de personas marcharon por las calles de Ondarroa al mediodía exigiendo la liberación de los detenidos.
Si en la madrugada del martes la Policía autonómica detenía a cinco personas en Ondarroa, Mutriku y Deba, el viernes fueron dos los ondarroarras arrestados por la Ertzaintza en el marco del operativo ordenado por el juez español Eloy Velasco, y un tercero, el ex preso político Estanis Etxaburu, por agentes de paisano de la Guardia Civil, por no acudir al juicio en Madrid por el acto por Gatza.
El sábado, los cinco detenidos el martes, así como el propio Estanis Etxaburu, fueron enviados a la cárcel. Según informó ayer el movimiento pro amnistía, ahora se encuentran encarcelados en la prisión madrileña de Soto del Real.
Critican el papel de los medios
Pero cabe recordar que en el caso de Ibon Iparragirre, Asier Badiola, Jon Iñaki Esnaola, Xeber Uribe y Xabier Zubizarreta, la Audiencia Nacional ha llevado la aplicación de la incomunicación hasta el extremo, al ordenar el sábado por la noche su envío a prisión también en régimen de incomunicación. También comparecieron incomunicados ante el juez Velasco, quien les negó incluso la opción a tener el abogado de confianza.
Al respecto, cientos de personas comparecieron ayer al mediodía en Ondarroa para, acto seguido, recorrer las calles del municipio vizcaino en exigencia de la libertad de los detenidos. Así, en la rueda de prensa realizada en la Alameda, en nombre de la izquierda abertzale denunciaron que han padecido «una operación policial muy bien diseñada», y denunciaron con rotundidad el papel que han desempeñado en todo ello los medios de comunicación. Además, denunciaron con dureza la actitud mostrada por la Ertzaintza durante la semana, intentando silenciar cualquier muestra de solidaridad.
Teniendo en cuenta que los cinco encarcelados el sábado continúan incomunicados en la prisión madrileña de Soto del Real, aún se desconoce la situación en la que se encuentran y lo vivido durante estos días a manos de la Ertzaintza. A pesar de ello, GARA ha podido saber que uno de los cinco encarcelados fue trasladado por dos veces a un centro hospitalario durante el periodo de detención en manos de la Policía autonómica. Y también que ese mismo detenido denunció el sábado ante el magistrado español Eloy Velasco haber sido objeto de golpes y malos tratos por parte de los policías autonómicos.
Al respecto, cabe recordar que tanto Urtza Alkorta como Zunbeltz Bedialauneta, los dos vecinos de Ondarroa que fueron arrestados el viernes por la tarde por la Ertzaintza, continúan todavía detenidos, en régimen de incomunicación, en dependencias de la Policía autonómica. Así como se desconoce su situación, tampoco se sabe cuándo serán enviados a comparecer ante el juez del tribunal especial, ni si lo harán también incomunicados.
Y por lo que se prevé, la Audiencia Nacional española no levantarán la incomunicación a los cinco vascos encarcelados el sábado hasta que al menos Alkorta y Bedialauneta sean enviados al tribunal madrileño.
Una situación, a la que se añade la negativa del juez a que el abogado de confianza de los detenidos pueda actuar, que genera nerviosismo entre los familiares y allegados de los detenidos. El viernes ya mostraron la preocupación sobre el trato que hayan podido recibir por la Ertzaintza al Ararteko, Iñigo Lamarka. GARA