Tercera victoria liguera consecutiva
Juanfran cumple con lo prometido
Necesitaban los rojillos una reacción rápida a la eliminación copera y la encontraron en El Madrigal, un campo en el que continúan cosechando éxitos. Los dos goles del centrocampista alicantino vinieron de perlas para la confianza del equipo y la suya propia.
VILLARREAL 0
OSASUNA 2
Natxo MATXIN
«Estoy mentalizado y capacitado para meter goles» manifestó durante la semana Juanfran. Y el de Crevillente lo confirmó en El Madrigal, con doble dedicatoria incluida -dedo en forma de chupete en su boca- al próximo vástago que va a tener. Sí, doble, porque el alicantino anotó las dos dianas rojillas en el estadio amarillo -la primera vez que lo consigue en Primera-, que volvió a ser el talismán de anteriores ocasiones.
El carrilero está enrachado -también anotó ante el Espanyol- y protagoniza una estadística de acierto inmejorable: tres dianas en otras tantas jornadas. Siempre se ha reclamado la aportación goleadora de los centrocampistas ofensivos, fundamental en una escuadra como la navarra que no tiene goleadores natos, si exceptuamos el caso de Pandiani.
La actuación de Juanfran fue el colofón en los últimos metros a un partido serio y disciplinado de los de Camacho, que no esperaron mucho para devolver la alegría a sus incondicionales tras la eliminación copera a manos del Racing. A Osasuna le bastó un cuarto de hora de lujo ofensivo en la primera mitad y guardar la ropa durante el resto del choque para sumar su cuarta victoria foránea y la tercera liguera consecutiva, circunstancia ésta última que hacía tiempo no se disfrutaba por parte del entorno rojillo. A ello contribuyó un desdibujado Villarreal, que fue pitado por sus aficionados durante gran parte del envite y abucheado a su finalización.
Los castellonenses cayeron en la tela de araña visitante, facilitada sobremanera por el tempranero gol osasunista. Una coyuntura que jugó en su contra el miércoles, pero que, cosas del fútbol, se volvió favorable apenas cuatro días después. Adelantarse en el marcador es tener mucho ganado en el fútbol actual, donde es más fácil destruir y conservar que crear.
Y eso que el conjunto rojillo pudo incluso no tener que esperar hasta los últimos instantes del encuentro para certificar el meritorio triunfo. Durante esos poco más de quince minutos mágicos mencionados -entre el 14 y el 33-, se disfrutaron hasta de otras tres oportunidades inmejorables en las botas de Azpilicueta, Camuñas y Masoud para haber abierto una brecha insalvable en el electrónico. Estaba claro que lo bueno se iba a hacer esperar.
Con las pilas cargadas
No cabía ninguna duda de que el 0-1 había llevado el enfrentamiento al terreno donde más cómodo se podía sentir Osasuna, que no lo estuvo tanto en sus primeros compases, donde la mutua presión le hizo perder más de un balón comprometido que pudo haber hecho variar 180 grados el devenir final del litigio deportivo entre castellonenses y encarnados.
A las piernas navarras se les cargaron las pilas con el marcador favorable para atosigar todavía más al contrario y entre eso y las prisas a las que le llevaban las patentes críticas de su parroquia, el Villarreal se convirtió en un manojo de nervios y constantes despropósitos. Ver a jugadores como Pires o Cani jugando al pelotazo no podía ser mejor síntoma de que el camino hacia el tercer triple consecutivo liguero estaba cada vez más cerca.
De hecho, el encuentro de ida y vuelta en el que se convirtió el duelo tras el paso por vestuarios favorecía notablemente los intereses rojillos. Tampoco es que los cambios introducidos por Valverde produjeran una revolución, sólo Ibagaza trató de darle algo más de sentido a la circulación de balón local, pero su ímpetu apenas duró el arreón inicial del segundo tiempo y todas sus aviesas intenciones se estrellaron contra el muro navarro.
En el debe de los de Camacho sólo hubo que reseñar que todavía no saben cerrar al contrario cuando botan una jugada de estrategia. Fue en esos lances en los que más sufrieron cuando perdieron la pelota tras sacar un corner o una falta, con rápidas contras de los amarillos que bien pudieron dar algún disgusto, pero que con fortuna o acierto, a partes iguales, acabaron siendo abortadas.
La tranquilidad final sólo se vio alterada por el gol en fuera de juego de Llorente, bien anulado por el asistente de Pérez Burrull, para, a renglón seguido, conseguir el 0-2 que ponía la rúbrica a un partido serio y comprometido del once rojillo.
Es la ley injusta del fútbol. La cabeza de turco de los malos resultados siempre la paga el entrenador y ayer le tocó en suerte a Ernesto Valverde. Apenas les hizo falta tiempo a los rectores del Villarreal para ponerle de patitas en la calle como consecuencia de la victoria rojilla en El Madrigal.
El despido de Txingurri supone el sexto que se produce en Primera en lo que va de temporada. Le han precedido Abel Resino (At. Madrid), Juan Carlos Mandía (Racing), Marcelino García Toral (Zaragoza), Hugo Sánchez (Almería) y Cuco Ziganda (Xerez).
El ex del Athletic ya reconoció, sin medias tintas y antes de conocer su destitución, que la escuadra amarilla había disputado «el peor partido desde que estoy aquí y es para preocuparse. El equipo no ha estado bien y ha dejado una sensación de estar derrotado».
Por su parte, José Antonio Camacho lo tenía claro tras la victoria en El Madrigal. «Una de las claves ha sido el juego que hemos realizado por las bandas, era algo que habíamos estudiado porque en el Villarreal cierran mucho sus laterales y era un aspecto en el que podíamos cogerlos», analizó el técnico murciano.
Eso y el acierto de cara a puerta. Se marcó en la primera ocasión en la que se llegó a la meta contraria y en la única de la segunda parte. Aunque el de Cieza no estaba del todo contento en este aspecto: «Nos ha faltado un poco más de definición, pero marcar goles es lo más difícil, por eso es lo que manda en el fútbol», indicó.
Sí que resaltó el gran trabajo que realizaron todos los suyos. «Cuando sales con predisposición y agresividad, el transcurso del partido es diferente. Tres victorias seguidas, dos fuera de casa, es algo muy difícil de ver en el fútbol actual», se refirió a la racha rojilla.N.M.
Como ante el Espanyol, Juanfran dedicó los dos goles a su futuro hijo, «no vaya a ser que cuando nazca esté toda una temporada sin marcar». Muy cerca de los suyos, el de Crevillente reconoció que era la primera vez que anotaba dos dianas en Primera, «aunque es mérito del resto de compañeros».
Ricardo seguirá la temporada que viene bajo la disciplina rojilla después de que quedara automáticamente renovado tras jugar su vigésimo partido liguero en tierras castellonenses. Será así la sexta campaña en Iruñea para el meta madrileño, que el pasado 30 de diciembre cumplió 38 años.
La plantilla osasunista adelantará su habitual descanso semanal a la jornada de hoy, en lugar de los martes, como viene siendo tradicional. Además, Camacho decidió que la vuelta al trabajo de sus hombres se produzca mañana en sesión vespertina, concretamente a las 17.00 en Tajonar.
Un solitario gol de Kike Sola permite al Levadiakos, penúltimo en la liga griega, superar al Asteras (1-0) y asomar algo la cabeza en su complicada situación. En el conjunto heleno, donde también juega Iker Begoña, debutó el meta navarro Javier López Vallejo, que salió del Zaragoza en diciembre.
