La fe de los conversos no tiene fisuras. Y en ocasiones le acompaña la amnesia. Le suele pasar mucho a Eduardo Teo Uriarte. Ayer en «El País» sentenciaba que «democracia sólo hay una», como la madre.

Y a partir de ahí lanzaba la especia: «Por eso el nacionalismo radical no debiera hablar de democracia tan convencido de que la democracia es lo que él plantea cuando su único aval democrático son mil asesinatos».

Lo que trata Uriarte es de apuntalar la estrafalaria actuación de la jueza de la Audiencia Nacional Ángela Murillo en el juicio contra Arnaldo Otegi. Según Teo «no es tan baladí ni estúpida la pregunta de la juez a Otegi sobre si condena o no a ETA. Es la prueba del algodón sobre si su discurso aboga por la democracia o vuelve a ser tinta de calamar. Es decir, si juzga a un demócrata o a un colaborador de ETA». También podía haberle preguntado si tiene bicicleta para saber si juzgaba a un ciclista o un peatón.

Converso al españolismo de botijo, siesta y pandereta, Uriarte demanda de forma retórica el fin de ETA para llegar así a su objetivo: «Después vendría inexcusablemente -si no, habrá cierre en falso- el rechazo general del montaje ideológico y político que la ha sustentado. Con el nuevo Gobierno vasco las cosas van por buen camino, pero debiera prestarse la atención debida y aclararse algunas cuestiones para evitar el error que nos arrastre de nuevo al volver a empezar de tantas y tantas veces cuando ETA prácticamente estaba liquidada». Y, ¿cómo va a desmontar las ideologías Uriarte? ¿encarcelando a los que piensan? Eso ya lo hacen ahora.

Alineado con los Jaime Mayor Oreja, Nicolás Redondo Terreros y todas esa gente, Eduardo Uriarte se muestra inflexible: «En la actualidad el movimiento político, Otegi y compañía, no son más que el instrumento, la concesión pragmática y el oportunismo en política, de un terror. La violencia lo es todo, y ante ella sólo cabría negociar su liquidación, porque es imposible otra solución».

Se olvida decir que él sí fue de ETA. Yo he visto su fotografía con una pistola y una metralleta.