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Helen Groome Geógrafa

Eco-fundamentalismo

¿No son fundamentalistas los bancos que, en plena crisis, ganan cientos de millones de euros en base a exprimir económicamente a gente desesperada?

Las tácticas no cambian: determinados poderes económicos, institutos de investigación y estamentos gubernamentales, cuando no tienen argumentos válidos para defender sus proyectos de los análisis y propuestas alternativas de movimientos sociales, echan mano a veces a tácticas que, creen, desvían la atención de la cuestión en discusión.

Si lo que se dice en tertulias de radio es cierto, parte de la culpa de que distintos ayuntamientos quieren almacenar residuos nucleares en sus municipios lo tienen los movimientos sociales, ya que son tan irresponsables como para oponerse tanto a la energía nuclear como a energías renovables como los agrocombustibles y los parques eólicos. ¿Merece la pena, antes de apagar con enfado la radio, gritarle si no tendrían sus directores y tertulianos/as la humildad de primero leer lo que dicen los movimientos sociales sobre, por ejemplo, el ahorro energético, antes de criticarles y de introducir el «cuestionamiento del modelo» en la programación de los radios para no desvirtuar los «debates»?

Según un documento del actual Ministerio estatal español de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, las personas dirigentes de los grupos que cuestionan los cultivos modificados genéticamente (MG) son «eco-fundamentalistas». Tengo muy claras dos cosas: primero, que la gente que da prioridad a cuestiones ambientales en sus luchas y sus vidas merecen un enorme respeto y constituyen un recordatorio permanente de la fragilidad del planeta y de nuestra permanencia en él; y, segundo, que en el caso vasco hay documentos que cuestionan los cultivos MG firmados por todas las principales centrales sindicales y por numerosas organizaciones sociales, pero son pocas las personas verdaderamente eco-fundamentalistas entre sus dirigentes (para bien o para mal, cada una opinará). En todo caso, el debate debe centrarse en los OMG y no sobre el posible carácter eco-fundamentalista de los movimientos sociales.

Ahora, si quieren hablar de eco-fundamentalismo... Las entidades más eco-fundamentalistas presentes en nuestra sociedad son los bancos, las grandes empresas y las personas que mantienen el sistema económico intervencionista en pro de éstos. Naturalmente me refiero al fundamentalismo económico, no al ecológico.

En vez de lanzar insultos al vacío, me remito a datos públicos y contrastables: ¿No son fundamentalistas los bancos que, en plena crisis, ganan cientos de millones de euros en base a exprimir económicamente a gente desesperada? ¿Qué decir del fundamentalismo de un sistema económico que permite a un empresario deber decenas de miles de euros al sistema de seguridad social y a la vez seguir ganando dinero y representando públicamente a la clase empresarial, mientras que a un ganadero que debe 1,20 céntimos a Hacienda se le retiene una subvención de varios cientos de euros? ¿Y qué hay de las empresas cuyos ingresos superan el Producto Interior Bruto de unos cuantos países y que siguen exigiendo a éstos el pago de sus deudas externas?

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