Juanfran se ha convertido en el protagonista de todos los titulares en los últimos tres días, aunque por motivos bien diferentes. El domingo le tocó la cara, gracias a sus dos goles en El Madrigal, y ayer la cruz, con su paso por el quirófano.

El problema es que la cruz no se limita a un día. El jugador alicantino se perderá el próximo mes de competición, después de que ayer fuera intervenido por una apendicitis aguda. Las molestias aparecieron el lunes por la noche, por lo que Juanfran se sometió en la mañana de ayer a una revisión y no hubo dudas; a primera hora de la tarde pasó por el quirófano.

Una noticia siempre negativa, y más teniendo en cuenta que el centrocampista atravesaba un momento dulce. No en vano ha sido una pieza clave en la racha que ha enlazado Osasuna, con tres victorias consecutivas en Liga. Titular indiscutible en las alineaciones de José Antonio Camacho -es el jugador más utilizado por el técnico murciano desde su llegada-, Juanfran abrió el marcador en el triunfo ante el Espanyol, hace tres semanas, dio una magnífica asistencia de gol una jornada después en Xerez, y firmó los dos goles de la victoria rojilla ante el Villarreal el pasado domingo.

En principio, y según la previsión realizada ayer por los servicios médicos, se perderá los cuatro próximos encuentros. Es decir, las visitas de Tenerife y Valladolid al Sadar y los desplazamientos de Osasuna a Sevilla y Gijón. Aunque habrá que esperar a ver los ensayos que dirija Camacho, Masoud se perfila como su sustituto en la banda.

El vía crucis de Delporte

Juanfran no fue el único en recibir malas noticias. De hecho, es probable que sean peores en el caso de Ludovic Delporte, después de que ayer se confirmara que sufre rotura «en la unión miotendinosa proximal en el bíceps femoral derecho». Si el alicantino debe estar a punto en un mes, el francés puede haber dicho adiós a, como mínimo, su etapa en Osasuna, teniendo en cuenta que su contrato expira el próximo 30 de junio.

Delporte, que llegó a Iruñea de la mano de Javier Aguirre en verano de 2004, ofreció un rendimiento excepcional en sus dos primeras temporadas como jugador rojillo. El punto de inflexión llegó en noviembre de 2006, cuando sufrió una lesión muscular que no fue sino el inicio de un auténtico via crucis. Desde entonces, las continuas lesiones musculares han mantenido al centrocampista más tiempo en la enfermería -también pasó por el quirófano- que sobre el césped. En estas tres temporadas y media apenas ha alcanzado la cincuentena de partidos, sólo una quincena de ellos como titular.