El Barakaldo tiene embargadas sus cuentas por orden judicial, debido a una deuda de casi 100.000 euros con la Junta directiva anterior, que acabó su mandato en 2005.

Según se explicó desde el club, el grupo de anteriores directivos encabezados por el expresidente Roberto Gijón, reclamaron en 2005 el pago de una deuda de 132.000 euros que, tras más de cuatro años de proceso, ha quedado fijada por el juez «en 70.000 euros de principal y 24.000 en concepto de intereses, gastos y costas». Un montante que según el presidente Miguel Acero «no pone en peligro» la supervivencia del club, aunque lo deja «muy tocado».

El embargo sí tiene sus efectos. Por ejemplo, la plantilla no ha podido percibir puntualmente la primera mensualidad del año. Además, los directivos pagarán «a escote» los gastos del desplazamiento que efectuará hoy el equipo a Luanco.