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El genio literario se come al cinematográfico

«The road»

El australiano John Hillcoat es un muy original cineasta que ha chocado con el prestigio de una novela ganadora del premio Pulitzer, y el veredicto de la crítica en la Mostra de Venecia fue que lo que en las páginas del libro funciona no provoca el mismo impacto en la pantalla. Hasta la fecha sólo los Coen han salido vivos de su cita con Cormac McCarthy.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Cuando publiqué en Zazpika el artículo sobre el rodaje de «The Road» las espectativas estaban en lo más alto, incluso se decía por aquel entonces que Viggo Mortensen estaría en los Óscar. Las previsiones no se han cumplido, porque las críticas a la película desde su presentación en la Mostra de Venecia, sin ser malas, han sido muy frías. El hacer una película literaria a los Coen les dió un resultado aparente a costa de traicionar su estilo fílmico, y a partir de la oscarizada «No es país para viejos» se ha extendido la idea de que ese es el camino para llevar con éxito a la pantalla las novelas de Cormac McCarthy.

Sin embargo, al australiano John Hillcoat no le ha valido el ser fiel a la novela, debido a que el tiempo literario manejado por el escritor no le va bien al ritmo cinematográfico. Esa sucesión aleatoria de episodios que en el texto generan una total incertidumbre, contemplados en la pantalla se vuelven repetitivos y carentes de progresión dramática.

Como de costumbre, serán los que no hayan leído el libro los que más disfruten con la película, gracias a la esforzada interpretación de un esquelético Viggo Mortensen, quien acierta a reflejar la hondura de esta historia de amor paternofilial más allá del fin del mundo.

El pequeño Kodi Smit-McPhee es el encargado de darle replica, en una actuación intuitiva y soprendente. Consigue representar la inocencia que le puede quedar a un planeta agotado en sus perspectivas de futuro.

Un apocalíptico Aguirresarobe

Tal como ya demostró en su western australiano «La proposición», John Hillcoat es capaz de crear atmósferas y ambientes ignotos. En la fuerza expresiva de sus imágenes, conjugadas con la música oscura de su fiel colaborador Nick Cave, reside un enorme potencial que no debe morir en «La carretera».

Esta vez se ha aliado con nuestro más universal director de fotografía, un Javier Aguirresarobe que imagina un universo apocalíptico que ha perdido el color, invadido por tonos terrosos y grisaceos. Esa pérdida de luz es una metáfora de la ausencia de calor humano, una vez que las temperaturas gélidas se apoderan de la vida y la dejan en suspenso.

Los diálogos entre padre e hijo inciden en dicha visión terminal, y así hablan de que llevan el fuego con ellos, refiriéndose al último aliento vital que puede quedar y que el progenitor trata de conservar a través de su descendiente. No en vano, Cormac McCarthy ideó el relato como una reflexión a lo largo de un viaje emprendido junto a su hijo de corta edad, sintiéndose parte de una población que envejece y que tarda en tener descendencia, tal vez ante el temor de un porvenir nada halagueño para el género humano.

«The Road» es una crónica de la infinita soledad a la que nos aboca una situación cada vez más límite, y al no buscar la espectacularidad en la versión cinematográfica es donde pierde su repercusión. Su formato de variante intimista del género posholocáustico, unido a la sensación deprimente que emana de su desolada puesta en escena, no la hace apetecible para el gran público. De hecho, una parte mayoritaria de la audiencia no entiende ya una película sobre el fin del mundo sin efectos especiales.

En «The Road», por el contrario, no hace falta ver la destrucción del planeta o las causas que la provocan. Se sobreentienden, porque lo que refleja son las consecuencias para el individuo, para sus practicamente extinguidas relaciones humanas. La comunicación ha desaparecido, y para ese padre y ese hijo perdidos en una carretera interminable la posibilidad de contactar con otros congéneres de su especie, transformados en ladrones o caníbales, es del todo nula.

Estreno

Dirección: John Hillcoat.

Guión: Joe Penhall, sobre el libro de Cormac McCarthy.

Intérpretes: Viggo Mortensen, Kodi Smit-McPhee, Guy Pearce, Charlize Theron, Robert Duvall.

Fotografía: Javier Aguirresarobe.

Música: Nick Cave/Warren Ellis.

País: EE.UU., 2009.

Duración: 110 minutos.

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