Timoshenko intentará vender cara su derrota en los comicios ucranianos
Fiel a su estilo combativo, la primera ministra, Julia Timoshenko, se niega a reconocer su derrota a manos de su rival, Viktor Yanukovich. Todo apunta a que intentará vender cara su derrota, a sabiendas de que el bloque de Yanukovich es minoritario en la Rada (Parlamento).
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La primera ministra, Julia Timoshenko, busca vender cara su derrota en la segunda vuelta de las presidenciales ucranianas.
«Nunca reconoceré la legitimidad de la victoria de Yanukovich tras semejantes comicios», aseguró la heroína de la llamada «revolución naranja» tras reunirse a última hora del lunes con su grupo parlamentario, siempre según el diario digital «Ukrainska Pravda», que se hacía eco de fuentes en el seno de su propio partido.
Varios diputados del bloque de Timoshenko informaron ayer de que han comenzado a interponer recursos ante los tribunales contra las elecciones.
Olena Chustik aseguró que se intentará en un primer paso obtener la invalidación de los resultados en algunos colegios, exigir luego un recuento por circunscripciones para, en caso de veredicto positivo, poner en solfa el resultado global de los comicios.
Chustik puso como ejemplo que el 5,6% de los votantes en zonas del este rusófono -bastión de su rival- habrían emitido su sufragio en su propio domicilio sin contar con los certificados respectivos. No obstante, la propia diputada admitió implícitamente que no habría caso para repetir los comicios, tal y como ocurrió hacer cinco años.
«Las tentativas de invalidar el resultado son un medio de presión sobre el campo contrario. Timoshenko intenta ganar tiempo para los mercadeos políticos que se avecinan», asegura el politólogo independiente Stanislav Belkovski.
No obstante, la primera ministra se halla bajo fuerte presión, no sólo del campo de Yanukovich, que le insta a certificar su perfil «demócrata», sino de la llamada comunidad internacional, que le ha invitado a ceder ante unas elecciones «transparentes y honestas».
Corta, pero a la postre derrota
«Es un gran fracaso. Se había preparado para esta oportunidad durante toda su carrera política y sus partidarios no dudaban de su victoria», explica Belkovski, quien añade que «el responsable de su derrota es el presidente saliente, Viktor Yu-shenko, que ha hecho todo lo posible desde 2005 para impedir que accediera a la Presidencia».
No falta quien destaca que los tres puntos que le ha sacado el virtual nuevo presidente, Viktor Yanukovich, certifican que no estaríamos ante el final de la carrera de Timoshenko.
Ella seguirá siendo primera ministra en tanto en cuanto Yanukovich y su Partido de las Regiones no logre una nueva mayoría parlamentaria. Para ello debería contar con tránsfugas del campo naranja, sean de Yu-shenko o de Timoshenko.
Siempre podría Yanukovich disolver la Cámara y convocar elecciones anticipadas, pero es una opción mal vista tanto en el extranjero como en el propio país, con un electorado cansado de tantas citas electorales.
El politólogo Belkovski augura que Timoshenko intentará negociar para mantenerse como primera ministra hasta otoño a cambio de su apoyo al nombramiento de nuevos ministros de Interior y de Defensa y del nuevo jefe de los servicios secretos, que necesitan el aval parlamentario. Y es que el escenario para el vencedor Yanukovich no se presenta tampoco sencillo.
El presidente electo, ViktorYanukovich, propondrá crear un consorcio entre la ucraniana Naftogaz, el gigante ruso Gazprom y compañías de Europa occidental para gestionar la red de gasoductos del país.
Washington saludó el «buen desarrollo» de las recientes elecciones presidenciales aunque, a diferencia de la UE, no hizo mención alguna al vencedor en los comicios del pasado domingo.
El inquilino del Kremlin, Dimitri Medvedev, llamó por teléfono a Viktor Yanukovich para felicitarle personalmente por el desarrollo de las elecciones y por su triunfo.
La OTAN y su ampliación hacia el este europeo siguen siendo una «amenaza seria» para Rusia, insistió ayer el secretario del Consejo de Seguridad del Kremlin, Nikolai Patruchev.
«Dudamos seriamente de que nuestra situación vaya a ser más segura con una ampliación de la OTAN», señaló.
El viernes pasado, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, dio su visto bueno a una nueva doctrina militar que sitúa a la Alianza Atlántica militar a la cabeza de las amenazas que pesan sobre Rusia.
Patruchev alertó del hecho de que la OTAN seguiría armando a Georgia año y medio después de la crisis de agosto.
En paralelo, el jefe del Estado Mayor ruso, Nikolai Makarov, señaló que el desarrollo y despliegue del escudo antimisiles estadounidense tiene a Rusia como objetivo. «Pese a las declaraciones de responsables americanos de que va a blindar nuestra seguridad, eso no es cierto», insistió, para sentenciar que, «obviamente, nuestra posición sobre este tema es muy negativa». GARA
