La cara más cruda del paro, pueblo a pueblo
Los principales indicadores macroeconómicos y los porcentajes globales de paro hablan con elocuencia de la gravedad de la crisis que padece Euskal Herria. No obstante, aunque cierta, esa realidad estadística de índices y tendencias toma su verdadera dimensión cuando la fotografía se toma a ras de suelo, cuando el panorama de las frías cifras se aproxima a los pueblos, a los barrios y a las familias. GARA ofrece hoy en sus páginas una radiografía humana de la crisis, acercando el foco a aquellas localidades más castigadas por una recesión económica global, gestada a miles de kilómetros de distancia, pero cuyas consecuencias se viven en primera persona en cada rincón de este país.
Laudio (15%), Sestao (20,5%), Aizarnazabal (18,55%) y Egues (29,6%) son los municipios de Hego Euskal Herria que lideran en sus respectivos herrialdes el penoso ranking de pueblos con mayor tasa de desempleo. Por comarcas, Ezkerraldea, Aiara, el cinturón industrial de Donostia, y las áreas de Altsasu y Tutera son las más castigadas. Y lo peor es que no se vislumbra en el horizonte la posibilidad de una inversión de la tendencia. Para encontrar niveles de desempleo como los actuales (13,2% en Hego Euskal Herria) hay que volver la vista hasta 1995, y esa mirada retroactiva despierta el fantasma de 1994, año en el que más del 24% de la población estaba en las listas del INEM.
Y fue precisamente ese fantasma el que han aprovechado los sucesivos gobiernos de Madrid para concatenar las reformas que han desembocado en el actual mercado laboral. Entonces defendieron las medidas como vacuna contra el paro, hoy la elevada tasa de desempleo demuestra que no han servido sino para engordar las cuentas de resultados de las empresas. A las puertas de un nuevo embate contra los derechos de los trabajadores, pactado en Madrid entre el Gobierno de Zapatero y los sindicatos de obediencia estatal, sólo la defensa del ámbito vasco de decisión servirá de antídoto eficaz a la clase trabajadora de Euskal Herria.